Pelea est¨¦ril y eliminaci¨®n deportivista
El meta del Auxerre impide la remontada del equipo gallego en Francia
El Deportivo estaba obligado a escalar una monta?a en Francia y pele¨® por su suerte hasta el instante final, sin abandonarse a la resignaci¨®n ni cuando la- cima parec¨ªa m¨¢s inalcanzable. En un ag¨®nico segundo tiempo, el conjunto coru?¨¦s apretuj¨® en el ¨¢rea al Auxerre y pareci¨® dispuesto a culminar la haza?a. Pero un portero hasta ayer desconocido fuera de su pa¨ªs, un tal Charboniuer, quedar¨¢ en la mente del aficionado coru?¨¦s como el vig¨ªa implacable que propin¨® a su equipo el primer gran disgusto de la temporada: todo un a?o luchando para entrar en Europa y, al final, caer derribado en el primer asalto.El partido discurri¨® con una secuencia muy similar a la del choque de ida en Riazor: salida fulgurante, esperanzadora del Deportivo, que se fue desinflando con el paso del tiempo, como si el aburrimiento minase de forma inexorable los afanes iniciales del equipo gallego. A fin de cuentas, eso es lo que persigue el Auxerre, un grupo empe?ado en hastiar al contrario, estrangularle con sus asfixiantes marcajes individuales en cada trozo de terreno, hasta hacerle comprender que por mucho que se devane los sesos, por mucho que maneje y haga circular el bal¨®n, nunca en contrar¨¢ un resquicio en las inmediaciones del ¨¢rea.As¨ª, de poco sirvieron los magn¨ªficos detalles de Fran en el arranque del partido, el disparo que le frustr¨® a Luizao el portero franc¨¦s en el minuto 4 o el duro remate de DJalminha en el 7. Al cuarto de hora, el partido estaba, como en Riazor, donde quer¨ªa el Auxerre: con la pelota en propiedad exclusiva del Deportivo y los jugadores blanquiazules desesperados por su impotencia, para agujerear el blindaje galo. Adem¨¢s, el conjunto de Silva volvi¨® a ignorar las bandas y a obstinarse en buscar por el centro improbables puntos d¨¦biles, lo que contribuy¨® a que ¨¦l mismo se cerrase los caminos. Con Fran desorientado entre el hacinamiento del medio campo, quedaba la opci¨®n de Djalminha, pero ¨¦ste es un anarquista del f¨²tbol, un. tipo capaz del gesto m¨¢s bello y de la imprudencia m¨¢s temeraria. Y anoche mostr¨® m¨¢s de lo segundo que de lo primero.
Los minutos finales de la primera parte fueron decididamente inquietantes para el Deportivo. El Auxerre repiti¨® de nuevo la f¨®rmula ensayada en Riazor. Cuando vio que su rival, harto de roer hueso, empezaba a bostezar y descuidaba la vigilancia, resolvi¨® met¨¦rsele en casa.
Pero el Auxerre olvid¨® muy r¨¢pido sus pretensiones y, en diez minutos, recul¨® tanto que acab¨® agrupado en el ¨¢rea. Con el panorama cada vez m¨¢s tenebroso, el Deportivo irgui¨® la cabeza y reaccion¨® en una admirable muestra de perseverancia. Fueron los mejores minutos del conjunto gallego, volcado sobre el ¨¢rea francesa. El Deportivo tuvo tres oportunidades magn¨ªficas: Djalminha lleg¨® tarde a un bal¨®n que s¨®lo necesitaba un leve. toque para superar. la l¨ªnea de gol (m. 60); Luizao, tras un magn¨ªfico regate al borde del ¨¢rea, dispar¨® a la base del poste (min. 68) y el meta Charbonnier sac¨® con la punta de los dedos un gran, remate de cabeza de Naybet. Nunca levant¨® la bandera blanca el Deportivo, ni siquiera cuando la eliminatoria estaba ya a expensas de un simple milagro, pero el portero franc¨¦s fue anoche su peor enemigo.
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