Sorpresa y I¨¢grimas

La magistrada ponente de la sentencia, Angela Murillo, dio lectura p¨²blica al fallo en presencia de los procesados, sus abogados y los informadores. La condena al teniente coronel Quintero, primera de las penas graves a la que se dio lectura, fue recibida con un murmullo de sorpresa por los familiares y amigos de los sentenciados, que despu¨¦s guardaron un opresivo silencio mientras la magistrada desgranaba una a una la larga relaci¨®n de penas.Se esperaban condenas, pero no tan duras. El tribunal ha impuesto a todos los acusados id¨¦nticas penas a las reclamadas por el ministerio fiscal, tanto en a?os de c¨¢rcel como en multas, suspensiones e inhabilitaciones.

Al t¨¦rmino del acto, la mujer del comandante Pindado, presa de una excitaci¨®n nerviosa, dijo que si su marido fuese "un narcotraficante o un etarra estar¨ªa en la calle, porque no se atrever¨ªan a meterle en la c¨¢rcel". Entre l¨¢grimas a?adi¨® que la condena se hab¨ªa producido "sin ninguna prueba" y critic¨® a los arrepentidos y al instructor, Baltasar Garz¨®n: "A ver si a ¨¦l tambi¨¦n le condenan por el trapicheo que se traen entre ellos", solloz¨®.

Para el defensor del comandante Pindado, Manuel Cobo del Rosal, la sentencia "supone una consolidaci¨®n como quinto poder de la sociedad de la figura de los delatores arrepentidos, que, en la actualidad emerge en Espa?a". "De nada han servido las disparatadas experiencias que se han padecido en otros pa¨ªses con los arrepentidos". "Aqu¨ª, por lo visto, tenemos que recorrer el calvario que ya han recorrido tanto en EE UU como en Italia o Alemania", a?adi¨®.