Van Gaal rectifica a tiempo
El Barca sigue intratable en la Liga
El Bar?a conserv¨® el liderato. El grupo de Van Gaal lleva en la Liga un camino irreprochable (15 puntos de 15 posibles), pero ayer sufri¨®, padeci¨®, tembl¨® y se qued¨® desnudo ante un Tenerife que en la primera mitad le puso el pie en el cuello. La defensa azulgrana, igual que el d¨ªa del PSV, se convirti¨® en un juego de ni?os que la libreta del t¨¦cnico rectific¨® a tiempo. Van Gaal supo ayer c¨®mo las gasta este estadio. Robson convivi¨® muchos meses con pa?uelos y ayer le toc¨® el holand¨¦s, que desat¨® la ira del p¨²blico cuando quiso corregir las autopistas hacia Hesp. No se perdona en el Camp Nou que se sustituya a Iv¨¢n a los 30 minutos. Ni aunque sea para dotar al equipo de mayor sentido t¨¢ctico.El t¨¦cnico hab¨ªa recordado el s¨¢bado que el club le hab¨ªa dado el mayor de los cr¨¦ditos: el del tiempo. Pero la afici¨®n cobra altos intereses. El equipo se asent¨® mejor sin Iv¨¢n, pero la reacci¨®n del p¨²blico refleja que estaba anidada la impaciencia. La grada podr¨¢ admitir que a¨²n es pronto para este proyecto el asalto a la Liga de Campeones, pero, fue letal cuando vio que la zaga permit¨ªa a los defensas del Tenerife actuar a lo Ronaldo. Falta ver c¨®mo Van Gaal reacciona ante el aviso: si optar¨¢ o no por hombres m¨¢s solventes atr¨¢s. Algo de sus principios est¨¢ en juego. La dial¨¦ctica est¨¢ servida. Pero este hombre no se casa con nadie: Nadal estaba ayer en la grada y Guardiola, el capit¨¢n, chup¨® banquillo.
El partido, sin embargo, pintaba bien. El p¨²blico recurri¨® a la amnesia para olvidar la segunda decepci¨®n en Europa y recibi¨® al equipo con aplausos. Fue al Camp Nou con buena voluntad y ganas de disfrutar de una veraniega tarde de f¨²tbol. Oscar ayud¨® lo suyo. El canterano, un jugador in¨¦dito en la Liga, exprimi¨® al m¨¢ximo las ausencias por lesi¨®n de Anderson y Dugarry. S¨®lo necesit¨® seis minutos para marcar y celebrarlo, fiel a su sentido del humor, levantando los brazos como si fuera Popeye. El reto que le hab¨ªa lanzado Van Gaal estaba cumplido.
Pero el Tenerife, lejos de amedrentarse, no se amilan¨®. Llevaba aprendida la lecci¨®n de imitar al PSV. Vio las inmensas lagunas situadas frente a Hesp, se puso las pilas y se lanz¨® al ataque. Abelardo se hab¨ªa emparejado con Kodro y Reiziger con Juanele. Celades se quedaba s¨®lo. Y el centro del campo no dejaba de perder balones en una cadena de errores pr¨®ximos al disparate. El Camp Nou pas¨® de la perplejidad a la consternaci¨®n. Un cuarto de hora para olvidar. Fue primero Pablo Paz, despu¨¦s Ballesteros, luego Makaay y al final Jolcanovic quienes estuvieron a punto de marcar. Ni siquiera jugaban delante: todos ven¨ªan desde atr¨¢s. Hasta que lleg¨® Juanele y marc¨®: hizo quiebros como el mejor de los cracks, abri¨® en canal a la defensa, se zaf¨® de Celades y marc¨®.
Couto llevaba minutos calentando y Van Gaal orden¨® el cambio m¨¢s inesperado. La grada perdi¨® la paciencia y lanz¨® un ensordecedor abucheo y una pa?olada cuando vio que Iv¨¢n se iba al vestuario. La liturgia manda en este estadio que tiene en un altar a sus elegidos. Cruyff sufr¨ªa. cuando cambiaba al calvo de la misma forma que le ocurr¨ªa a Robson cuando, dando la espalda a los s¨ªmbolos, sustitu¨ªa en el ¨²ltimo minuto a Ronaldo.
Fue un primer aviso para el banquillo, remachado adem¨¢s con el 1-2 de Pablo Paz al saque de un c¨®rner. Couto corr¨ªa para colocarse en su sitio cuando el Tenerife marc¨®. Oscar, otra vez providencial, empat¨® tres minutos despu¨¦s. El descanso lleg¨® como una bendici¨®n.
Fue despu¨¦s otro partido, otro Barca y otro Tenerife. Couto actu¨® de libre, escoltado por Abelardo y Sergi, Reiziger hizo de tap¨®n y Celades pas¨® al centro del campo. Otro dibujo. Luis Enrique logr¨® el tercer gol y el Tenerife afloj¨® el acelerador. El Bar?a pas¨® a ser el rey del partido. Ni Oscar, ni Figo y ni Rivaldo -sustituido, por molestias musculares- desperdiciaron la goleada y el Camp Nou vio el fantasma del empate del PSV con tres t¨ªmidas acciones de Kodro y Jokanovic.
El liderato, pese a todo,, se qued¨® en casa: quinto partido, quinta victoria. Eso s¨ª: con esa sensaci¨®n de ser un mal parto, casi con ces¨¢rea.
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