Contra la impunidad
LO M?S importante del juicio contra la direcci¨®n de Herri Batasuna (HB) que se abre hoy es que se celebre. Durante a?os, criterios pol¨ªticos han determinado que no se denunciaran hechos con indicios delictivos claros protagonizados por dirigentes de esta coalici¨®n o que, de denunciarse, no prosperasen las causas abiertas. El argumento impl¨ªcito era que la apertura de acciones penales contra HB tendr¨ªa como consecuencia l¨®gica la ilegalizaci¨®n de esta formaci¨®n, y sigue habiendo pr¨¢ctica unanimidad sobre la inconveniencia pol¨ªtica de esta medida.Se dec¨ªa que juzgar a dirigentes de HB por delitos que ellos considerar¨ªan pol¨ªticos era contraproducente porque favorec¨ªa su victimismo y era poco menos que un favor para las campa?as electorales y de agitaci¨®n de la coalici¨®n proetarra. Amparados por ese estado de opini¨®n, los dirigentes de HB no han dejado de desafiar a la justicia, de ofender a las leyes y despreciar a las instituciones. Se han negado a comparecer cuando eran citados a declarar y han negado autoridad a los tribunales cuando les conven¨ªa.
El efecto de esta pol¨ªtica ha sido desolador. Una organizaci¨®n cuya misi¨®n principal -y posiblemente ¨²nica- consiste en dar cobertura pol¨ªtica a los cr¨ªmenes de ETA se ha visto durante muchos a?os envuelta por un halo de impunidad que reforzaba el efecto amedrentador del terrorismo en la misma medida en que desmoralizaba a los ciudadanos respetuosos con la ley. Esa situaci¨®n, tan injusta como absurda, parece haber tocado definitivamente a su fin. El Gobierno y la sociedad espa?ola parecen por fin coincidir en que la aplicaci¨®n estricta de las leyes contra criminales y sus colaboradores necesarios no debe depender de consideraciones pol¨ªticas coyunturales.
Cuando el pasado a?o los dirigentes de HB se negaron a presentarse ante el juez, fueron detenidos y salieron en libertad condicional tras pagar d¨®cilmente las fianzas correspondientes. Las que, por cierto, no dejan pagar a los familiares de los etarras presos para su libertad condicional. Ser¨¢n juzgados a partir de ma?ana. Est¨¢n acusados de colaboraci¨®n con banda armada por haber prestado su espacio electoral a ETA -para emitir el famoso v¨ªdeo con la llamada alternativa democr¨¢tica de la organizaci¨®n terrorista- y por el contenido de sendos comunicados justificando los asesinatos de Fernando M¨²gica y Francisco Tom¨¢s y Valiente. Su plena colaboraci¨®n con ETA no es s¨®lo una convicci¨®n general de la sociedad vasca y espa?ola, es un hecho que los l¨ªderes. de HB no dejan de confirmar en comunicados y declaraciones. Pero ahora se trata de establecer judicialmente y en casos concretos la certeza de esta evidencia.
Por supuesto, sigue habiendo quienes invocan razones de oportunidad pol¨ªtica para considerar un desprop¨®sito el juicio. Arzalluz ha ido otra vez un poco m¨¢s lejos y ha acusado al Gobierno de intenter presionar al Tribunal Supremo en favor de una condena. Arzalluz, tan condescendiente ¨¦l e incluso entusiasta del Gobierno del Partido Popular en otras cuestiones mucho m¨¢s discutibles, ha ido de nuevo a hacer su cr¨ªtica de consumo interno en un asunto que realmente exige m¨¢s temple y sentido com¨²n y menos ret¨®rica gratuita. El consejero vasco del Interior, Juan Mar¨ªa Atutxa, ha demostrado una vez m¨¢s que entiende mejor cu¨¢les son las prioridades en la autodefensa de una sociedad democr¨¢tica frente a la agresi¨®n de los pistoleros etarras y sus encubridores pol¨ªticos. Ha dicho algo tan sencillo como que hay que aplicar la ley, sin entrar en otras consideraciones. Tambi¨¦n desde el nacionalismo democr¨¢tico, Anasagasti ha manifestado que, as¨ª como es clara la existencia del delito en la justificaci¨®n de los asesinatos, resulta discutible que exista en la difusi¨®n del v¨ªdeo. El debate est¨¢ abierto. La colaboraci¨®n con banda armada no implica acci¨®n armada, que es otro delito, sino cooperaci¨®n para facilitar los fines perseguidos con esa acci¨®n. Atutxa sostiene que, de acuerdo con ese criterio, ceder un espacio electoral a ETA es colaborar con ella. Viene a ser como facilitar dinero a la organizaci¨®n para financiar su actividad criminal.
El delito no depender¨ªa, por tanto, del contenido del v¨ªdeo, sino de la cesi¨®n del espacio en s¨ª misma. Lo que no significa que el contenido, una supuesta oferta de paz, exima de nada. Pues esa oferta, expuesta por primera vez en el comunicado en que ETA asum¨ªa el intento de asesinato del hoy presidente del Gobierno, es parte inseparable del terror que se siembra como precondici¨®n y argumento a favor de una negociaci¨®n pol¨ªtica que no es otra cosa que la claudicaci¨®n de una sociedad libre y democr¨¢tica ante una organizaci¨®n criminal y totalitaria. Y, por tanto, es parte integral de la estrategia de ETA contra la democracia.
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