?Globalizaci¨®n o desarrollo?
Consideren estas frases: la l¨ªnea divisoria entre las naciones ricas y pobres aumenta cada d¨ªa. El orden econ¨®mico internacional es manifiestamente injusto. Sit¨²a los intereses de los pa¨ªses industrializados por encima de los que no lo son. Ello. da?a no s¨®lo a ¨¦stos, sino tambi¨¦n a aqu¨¦llos, porque la prosperidad de un reducido n¨²mero de Estados no puede durar si est¨¢ construida en base a la pobreza de la mayor¨ªa. Hemos le¨ªdo y escrito pr¨¢cticamente lo mismo en las ¨²ltimas d¨¦cadas. La reflexi¨®n en tomo a ello crece con ocasi¨®n de las anuales reuniones del Banco Mundial o de los organismos internacionales dedicados al comercio y al desarrollo.Hace 15 d¨ªas se ha celebrado la asamblea del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional y acaban de ver la luz dos importantes informes sobre estos temas. Los correspondientes a 1997 -elaborados por el citado banco y por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD)- son notable testimonio de la galopante desigualdad que impera en la Tierra. Creciendo ¨¦sta, c¨®mo lo hace, en unos 80 millones de personas al a?o, dentro de 30 habr¨¢ 5.000 millones que vivir¨¢n en la pobreza, en vez de los 3.000 millones de hoy. La mayor¨ªa de los Estados del ?frica subsahariana se hallan en peores condiciones que las que ten¨ªan cuando se independizaron (Banco Mundial). Un considerable n¨²mero de pa¨ªses menos desarrollados han quedado retrasados en la ¨²ltima d¨¦cada: "Sus econom¨ªas han declinado, sus condiciones sociales han empeorado significativamente y han resultado crecientemente marginados de las principales corrientes de la econom¨ªa mundial" (UNCTAD).
Coincide todo ello con una realidad de moda, la globalizaci¨®n de los mercados, y con un hito, la autocr¨ªtica del Banco Mundial. Por ahora, la supuesta universalizaci¨®n de la econom¨ªa es, en gran parte, una occidentalizaci¨®n de la misma; es m¨¢s, una americanizaci¨®n. Si no se compensa de alguna otra manera, la eliminaci¨®n de barreras comerciales entre pa¨ªses desigualmente industrializados conduce a la desigualdad. La sabidur¨ªa convencional globalizadora se empe?a en vender a la opini¨®n p¨²blica las ventajas de sus tesis, obviando los graves inconvenientes. Es verdad que las transformaciones econ¨®micas globales que tienen lugar en nuestros d¨ªas son altamente complejas y que no se deben tomar a la ligera. No lo es menos, sin embargo -como se encargan de recordar sectores cr¨ªticos norteamericanos-, que las muy diversas formas de organizaci¨®n socioecon¨®mica del planeta est¨¢n siendo violentamente anexionadas por una monocultura econ¨®mica, dominada por actores occidentales enormemente poderosos, cuya motivaci¨®n consiste simplemente en optimizar los retornos y las inversiones.
Se ha dado, empero, estos d¨ªas un hito digno de tener en cuenta. El Banco Mundial -parcial responsable en el pasado, a causa de medidas por ¨¦l impuestas, de los dram¨¢ticos resultados que sus informes ponen de manifiesto- parece haber asumido una nueva filosof¨ªa, la de su nuevo presidente, James Wolfensohn, quien hace dos semanas proclam¨®: "Si no actuamos ya, en los pr¨®ximos a?os las desigualdades ser¨¢n gigantescas y se convertir¨¢n en una bomba de relojer¨ªa que estallar¨¢ en la cara de nuestros hijos".
Que las pr¨®ximas generaciones en Occidente pueden llegar a encontrarse con una explosi¨®n tal no es descabellado. Basta pensar en que cada a?o nacen 80 millones de ni?os en los -escasamente globalizados- pa¨ªses en v¨ªas de subdesarrollo y que hoy 82 Estados son incapaces de producir o comprar los alimentos que sus poblaciones necesitan. ?Qu¨¦ sentido tiene un planeta as¨ª? Hablando de la globalizaci¨®n, un insensato ha escrito en un diario influyente que "as¨ª funciona el capitalismo". Las gentes sensatas tendr¨¢n que unirse para potenciar la escuela del inter¨¦s mutuo, que tienda a reducir el abismo. La disyuntiva globalizaci¨®n o desarrollo debe dar paso a un genuino desarrollo humanamente globalizado.
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