La quiebra de la solidaridad
Empecemos por decir que CC OO no niega que las comunidades aut¨®nomas tengan un mayor grado de responsabilidad en asuntos que afectan directamente al bienestar de los ciudadanos. En este sentido se realizan actuaciones que consideramos positivas: la colaboraci¨®n de los Servicios Integrados para el Empleo con el Instituto Nacional de Empleo (Inem) en el desarrollo de pol¨ªticas activas ligadas al territorio, o territorializaci¨®n del Inem hacia un servicio p¨²blico eficaz que incentive las iniciativas locales. Lo que s¨ª rechazamos es que se presione con que la transferencia del Inem incluya la recaudaci¨®n de la cuota de formaci¨®n profesional, ya que esta pretensi¨®n supondr¨ªa la fragmentaci¨®n de los recursos disponibles para el desarrollo de pol¨ªticas de formaci¨®n profesional del conjunto de los trabajadores y la quiebra de un modelo sustentado en la negociaci¨®n colectiva y orientado desde pautas de solidaridad interregional.Pero, ?qu¨¦ es la cuota de formaci¨®n profesional? ?Qu¨¦ se pretende cuando se reclama la recaudaci¨®n y gesti¨®n de esa cuota?
La cuota de formaci¨®n profesional procede de las aportaciones que trabajadores y empresas realizan a la Seguridad Social como parte de sus cotizaciones en concepto de enfermedades profesionales y de accidentes de trabajo. Del total del 1,70% de esa contribuci¨®n -calculada sobre la masa salarial- el 0,70% se destina a la financiaci¨®n de dos modalidades de formaci¨®n profesional: la formaci¨®n ocupacional para parados y la dirigida a trabajadores ocupados (la formaci¨®n continua en las empresas). Estos recursos se complementan con los fondos provenientes de los programas del Fondo Social Europeo. Hablamos de 150.000 millones de pesetas recaudados de las n¨®minas de los trabajadores ocupados.
Nos encontramos ante una cuota de car¨¢cter solidario entre trabajadores y entre sectores productivos -por tanto, no bloqueada en los ¨¢mbitos de las comunidades aut¨®nomas-, y que al ser gestionada desde l¨®gicas redistributivas contribuye, sin lugar a dudas, al desarrollo de una sociedad m¨¢s justa y cohesionada.
Precisamente, para garantizar este objetivo, los Acuerdos de Formaci¨®n Profesional alcanzados entre Gobierno y agentes sociales en diciembre de 1996, aseguran "la unidad de caja de la cuota de formaci¨®n profesional [ ... ] y el mantenimiento a nivel estatal del control de los fondos provenientes de la cuota de formaci¨®n profesional".
Los que reclaman la recaudaci¨®n de la cuota de formaci¨®n profesional no pretenden una respuesta m¨¢s eficaz al paro y la marginaci¨®n, sino consolidar sus particulares proyectos pol¨ªticos al margen del inter¨¦s general. El PNV olvida qui¨¦nes cotizan esa cuota y para qu¨¦. No han empleado ni un solo minuto en hablar con los sindicatos para definir ese servicio p¨²blico que pretenden organizar con la transferencia del Inem. Invaden desde la pol¨ªtica uno de los instrumentos clave de la solidaridad de los trabajadores asimilando sus cotizaciones a un impuesto e intentando aplicar la l¨®gica del concierto econ¨®mico. As¨ª se entiende que no se acepte la transferencia del Inem. en t¨¦rminos similares a los de otras comunidades, dejando a un lado la atenci¨®n a los m¨¢s de 200.000 desempleados que, en estos momentos, hay en Euskadi.
CC OO piensa que la solidaridad no est¨¢ bien articulada. Por eso apostamos por la modificaci¨®n del Consejo General de la Formaci¨®n Profesional dando entrada a todas las comunidades aut¨®nomas. En este Consejo se discuten, en la actualidad, los contenidos del II Programa Nacional de Formaci¨®n Profesional, que tendr¨¢ como finalidad la coordinaci¨®n de las pol¨ªticas de formaci¨®n, buscando la coherencia de las cualificaciones profesionales que dan los subsistemas de formaci¨®n profesional con las competencias profesionales que pide el sistema productivo. Parece que deber¨ªa ser en ese ¨¢mbito (en el que est¨¢n representadas las distintas Administraciones y los interlocutores sociales) donde se elaboraran las pol¨ªticas de formaci¨®n profesional para trabajadores y empresas de este pa¨ªs, desde la vocaci¨®n de mantener la unidad de todas las ensenanzas profesionales y delimitando la ordenaci¨®n de competencias de las distintas Administraciones p¨²blicas y de los agentes sociales.
CC OO defiende la unidad de caja de los fondos de formaci¨®n profesional porque entiende la importancia creciente que ocupa la formaci¨®n en todos los aspectos que afectan al empleo, la competitividad de las empresas y al modelo de sociedad en definitiva. Por ello propone un sistema de formaci¨®n que asegure la igualdad de acceso a una formaci¨®n profesional reconocida y de calidad; que facilite oportunidades de formaci¨®n a lo largo de toda la vida; que comprometa la correspondencia entre titulaciones acad¨¦micas y profesionales y que garantice el derecho de los trabajadores y trabajadoras a participar en las decisiones de la empresa sobre la formaci¨®n.
Defendemos un modelo de formaci¨®n articulado sectorialmente, ligado a los perfiles Profesionales definidos en la negociaci¨®n colectiva y, en consecuencia , un sistema nacional de cualificaciones. De esta forma se facilitar¨¢ la inserci¨®n o reinserci¨®n laboral. La formaci¨®n de trabajadores, especialmente en el marco de la Uni¨®n Europea, debe permitir su movilidad, y los sistemas de formaci¨®n y de cualificaciones cerrados no tienen sentido, sobre todo mirando hacia los cambios tecnol¨®gicos y la globalizaci¨®n.
Desde el PNV y otras instancias se pretende contaminar la controversia. No se aporta ning¨²n argumento de entidad en t¨¦rminos de formaci¨®n. Se trata de revolver las aguas con debates acerca de si la cuota de formaci¨®n profesional es o no un recurso intangible de la ,Seguridad Social, de despistar con fuegos de artificio sobre la buena disposici¨®n a establecer con el Estado los mecanismos necesarios para garantizar una coordinaci¨®n solidaria de los fondos y, finalmente, se trata una vez m¨¢s de acusar insidiosamente a las organizaciones sindicales y empresariales de tener objetivos oscuros por defender este modelo de formaci¨®n de los trabajadores.
Desde la constituci¨®n de Forcem en 1993 hemos asistido, a?o tras a?o, a acusaciones nunca formalizadas y a anuncios sobre informes y auditor¨ªas de infarto relativas a la gesti¨®n de la fundaci¨®n. La contumacia de estas acusaciones, a estas alturas, supone un insulto a la inteligencia de los ciudadanos, que no entienden que, despu¨¦s de cuatro a?os de gesti¨®n rigurosamente intervenida interna y externamente por todos los instrumentos de control (propios, del Estado, de la Uni¨®n Europea) habidos y por haber, las irregularidades publicadas no se concreten en nada. ?ste y no otro es el tema recurrente y significativo de los que defienden intereses particulares.
El vicelehendakari Ibarretxe debiera preocuparse m¨¢s de dotar de transparencia y respeto a la legalidad las actuaciones de la Fundaci¨®n Vasca para la Formaci¨®n (Hobetuz). A casi dos a?os de su constituci¨®n la ¨²nica convocatoria publicada y resuelta est¨¢ recurrida judicialmente por discriminatoria, excluyente y arbitraria.Y la convocatoria de 1997, a¨²n pendiente de resoluci¨®n, tambi¨¦n est¨¢ recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco. Y adem¨¢s debiera analizar por qu¨¦ desde Euskadi se dirigen
m¨¢s peticiones de ayudas para la formaci¨®n a Forcem que a Hobetuz.
Damos por supuesto que desde su conservadurismo pol¨ªtico no le importa que los trabajadores vascos tengan menor participaci¨®n en las decisiones que se adopten en sus empresas o menores oportunidades de formaci¨®n (no podr¨¢n optar a los permisos individuales de formaci¨®n, por ejemplo) y que sean conscientes de las dificultades que encontrar¨¢n para el reconocimiento de sus cualificaciones y titulaciones.
Las empresas y trabajadores vascos conocen que mientras unos pretendemos sumar esfuerzos, incluso territorializando m¨¢s la formaci¨®n para mejorar el empleo, otros nos hacen sospechar que simplemente preparan las pr¨®ximas elecciones.
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