La encuesta de un caballo
En el a?o Santo de 1999 la v¨ªa l¨¢ctea ser¨¢ una autopista de la informaci¨®n y el Camino de Santiago, tal como anunci¨® la Xunta y confirma el programa del PP, se llenar¨¢ de "cibernautas peregrinos".Es cierto que hemos avanzado una barbaridad. Gracias a las parab¨®licas, incluso hemos podido ver en directo el pasado a?o alguno de los debates entre Clinton y Dole. Y este a?o, entre Jospin y Jupp¨¦. Las aldeas gallegas est¨¢n en la Aldea Global. Pero hay algo que no podremos ver los gallegos. Una emisi¨®n, al parecer, imposible. Sin inter¨¦s general. Un debate entre los candidatos a la presidencia del propio Gobierno.
Hay un atasco virtual en la autopista del Atl¨¢ntico. S¨®lo un debate podr¨ªa desatascar esta campa?a, especie de plebiscito. Un duelo colectivo, entre morboso y sentimental, sobre la foto hist¨®rica de un hombre, donde se descarta de antemano la alternativa. Merecer¨ªa la pena un debate, aunque s¨®lo fuera para hablar de ordenadores en las escuelas. Con la cacharrer¨ªa inform¨¢tica existente, cuando existe, es imposible peregrinar de Betanzos a Santiago.
Las encuestas dan el plebiscito por ganado. En vez de despejarla, esos datos van a atascar todav¨ªa m¨¢s la campa?a. Estamos, queridos cibernautas, donde est¨¢bamos. Alfonso Guerra sube al escenario tocando a la manera de Hank Williams, como si tuviera una serpiente de cascabel en la mano. M¨¢s atasco. Ni Dar¨ªo Fo imitando a Fraga mover¨ªa la campa?a.
Ya casi nadie cree en las meigas en Galicia. Otro rasgo de modernidad. ?Somos normales!, proclaman con entusiasmo intelectuales y comentaristas. S¨®lo quedamos unos cuantos raros que colocamos ramas de sauco la noche de san Juan en las antenas de televisi¨®n para ahuyentar el mal de aire. Si somos normales, pienso, las encuestas son fiables. Antes hab¨ªa que darles la vuelta. As¨ª que me he ido a comentar los resultados con el menc¨ª?e¨ªro (curandero) borrallo da lagoa, experto en casos intratables.
El menci?eiro tiene un d¨ªa melanc¨®lico. Dormita en el hueco de un casta?o centenario. No quiere saber nada de encuestas y me remite a su caballo. "Es muy culto", advierte, "habla idiomas y lee los peri¨®dicos al rev¨¦s".
"Lo m¨ªo es la pol¨ªtica internacional", aclara el caballo, "pero ya que me pide una opini¨®n se la dar¨¦. Desde el 3-M, los encuestadores est¨¢n en stand by. Cogen las horquillas como papel de fumar. Pero creo que el PP va a descender algo m¨¢s de lo que dicen las encuestas. No hay el entusiasmo de anta?o, aunque la opini¨®n medi¨¢tica est¨¢ como Fraga, en posici¨®n de laissez passer. El punto de partida es un techo muy alto, y una mayor¨ªa absoluta por uno o dos diputados ser¨ªa una victoria agridulce que afectar¨ªa casi tanto a Aznar como al propio Fraga. Es s¨®lo la opini¨®n de un caballo, pero puede pasar. Parece obvio que el Bloque Nacionalista Galego va a subir, incluso algo m¨¢s de lo que dicen las encuestas. Es un movimiento geol¨®gico, que atrae sobre todo a los j¨®venes. Piense que lo sorprendente no es que en Galicia se manifieste ahora con fuerza un nacionalismo pol¨ªtico, sino que no lo haya habido antes. Para m¨ª, la gran inc¨®gnita es la coalici¨®n progresista. Tradicionalmente, los socialistas son mucho m¨¢s votados en las generales que en las auton¨®micas. En teor¨ªa, tendr¨ªa ese campo a ganar por delante y algo m¨¢s si funcionase el efecto multiplicador. La coalici¨®n. Ese es el enigma. Para m¨ª y los encuestadores".
Pero ?habr¨¢ o no sorpresas?
"Hable con Anguita, ¨¦se s¨ª que sabe". Y se march¨® con un relincho que sonaba a broma. Un caballo -con humor.
Cuando volv¨ª al roble centenario, el menci?eiro hab¨ªa desaparecido. En el hueco del ¨¢rbol, un viejo ejemplar de 0 mentireiro verdadeiro.
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