Desolaci¨®n quincea?era en Madrid
Suspendido un concierto callejero de Backstreet Boys tras la imprevista avalancha de 7.000 adolescentes
Cualquiera que pasara al mediod¨ªa de ayer por el centro de Madrid se- encontraba de repente con el siguiente panorama: miles de quincea?eras enfervorizadas insultando a la polic¨ªa, llorando en las esquinas o corriendo en batall¨®n de un lado para otro de la ciudad. El asunto no era para menos: se acababa de anular el concierto gratuito de pop que el grupo norteamericano Backstreet Boys (los chicos de la calle de atr¨¢s), una suerte de versi¨®n masculina de las Spice Girls, ten¨ªa previsto dar a las seis de la tarde en la plaza de los Mostenses, en el coraz¨®n de Madrid. Los c¨¢lculos de los organizadores, El Corte Ingl¨¦s y la casa de discos Virgin, apuntaban a la presencia de 5.000 personas. Pero a las doce de la ma?ana las adolescentes presentes sobrepasaban las 7.000. Los mareos, desmayos, lipotimias, ataques de ansiedad y crisis de histerismo sumaban ya 300, seg¨²n los m¨¦dicos municipales que los atendieron.Y a Delegaci¨®n del Gobierno decidi¨® desconvocar el recital. "Pod¨ªa haber ocurrido una aut¨¦ntica desgracia: las chicas que esperaban en la primera fila empezaban a asfixiarse con las vallas por la presi¨®n de las que estaban al final", explic¨® ayer un portavoz de las asistencias municipales, testigo del percance.Alguien empu?¨® un micr¨®fono y comunic¨® a las asistentes que el concierto se anulaba. Las chicas, comenzaron a gritar, a insultar, a mandar a paseo y a lugares a¨²n m¨¢s malsonantes a los agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa que en traje de campa?a ya empezaban, con alg¨²n empuj¨®n de por medio, a vaciar la plaza.
Las adolescentes se dispersaron por grupos. M¨¢s mareos, m¨¢s llantos, m¨¢s chillidos, m¨¢s insultos. Las consignas se multiplicaron y los rumores circulaban a toda velocidad.. "A Ventas, dicen que el concierto se hace en Ventas", se comentaban unas a otras. Y ah¨ª se plant¨® un ej¨¦rcito de quincea?eras que no se movi¨® del sitio hasta que un responsable de la plaza les habl¨®: "Esta tarde, lo que hay aqu¨ª es una corrida de toros".
El pelot¨®n juvenil se volvi¨® a movilizar: centenares de adolescentes se dirigieron al hotel Palace, presumible alojamiento de los cinco veintea?eros integrantes de Backstreet Boys; un n¨²mero parecido de chicas se apost¨® en la puerta de la sede de la cadena SER, en la Gran V¨ªa. "Nos han dicho que ha muerto una ni?a y que aqu¨ª, en la SER, van a dar una rueda de prensa", gritaban. Falsas ambas cosas. Ninguna adolescente visit¨® el hospital y la pista buena pasaba por el hotel Villamagna. En ese lugar, los idolatrados y guapetes cantantes se preparaban para excusarse ante la prensa por el incidente. Las chicas se enteraron y la Castellana se llen¨® de quincea?eras que en fila india caminaban en direcci¨®n al hotel correcto. Muchas de ellas hab¨ªan llegado de Toledo, de Granada o de Barcelona. Hab¨ªan dormido en la plaza de los Mostenses y no se hab¨ªan movido de ah¨ª ni para ir al ba?o. Alguna se me¨® encima con tal de no abandonar el lugar conseguido, que a la postre no sirvi¨® para nada, informa Susana Moreno.
La entrada del hotel Villamagna la describi¨® bien un empleado que informaba a sus superiores desde el vest¨ªbulo: "Aqu¨ª se ha montado la de Dios". Unas 600 adolescentes inamovibles e hist¨¦ricas sab¨ªan que ahora s¨ª, ahora seguro, los cantantes se encontraban cerca. En una sala situada nueve plantas m¨¢s arriba, los miembros del grupo agradec¨ªan p¨²blicamente "el apoyo de las fans" y promet¨ªan volver en noviembre. A las chicas espa?olas les queda el consuelo de haberse convertido en las primeras fans de la banda capaces de parar un concierto. "Nunca nos hab¨ªa pasado algo as¨ª", confes¨® Howie, uno de los cantantes. Algunas, quincea?eras explicaban la raz¨®n: "Es que a nadie se le ocurre organizar esto en la calle".Responsables de El Corte Ingl¨¦s y Virgin reconocieron que la realidad "hab¨ªa desbordado las previsiones", que la decisi¨®n de la Delegaci¨®n del Gobierno era "acertada" y emplazaron a las admiradoras a un recital "en un recinto cerrado" para el mes que viene.
Ante los ruegos de algunos periodistas, los Backstreet Boys entonaron, sin levantarse de la mesa, Donde quieras yo ir¨¦. Los chillidos que salvaban nueve pisos indicaban d¨®nde estaba ese sitio en ese momento; as¨ª que el grupo se asom¨® a la ventana a saludar.
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