El Madrid emple¨® la ley del m¨ªnimo esfuerzo ante el Sporting
Ra¨²l firm¨® un gol magistral, y Morientes jug¨® como titular y marc¨®
El Real Madrid, tal vez fi¨¢ndose demasiado del modo en que su gran rival, el Barcelona, viene sumando los puntos, quiso apelar a la ley del m¨ªnimo esfuerzo ante un Sporting diezmado, colista y hu¨¦rfano de puntos. S¨®lo un memorable gol de Ra¨²l, con el partido cubriendo su ¨²ltimo tr¨¢mite, mereci¨® realmente la pena en todo el partido.El primer tiempo se dividi¨® en tres cuartos. En el primero, el Madrid no apareci¨® por las cercan¨ªas de Ablanedo. El Sporting, que sali¨® preocupado exclusivamente de ejercer la m¨¢xima presi¨®n posible en todo el campo, avis¨® t¨ªmidamente con un c¨®rner mal cabeceado por Pablo. En realidad, el Sporting dej¨® pr¨¢cticamente in¨¦dito a Ca?izares y apenas remat¨® a un portero que s¨®lo ha recibido un gol en lo que va de Liga.
El equipo madridista, con Suker y Karanka en el banquillo, se dio cuenta muy pronto de las debilidades del rival en su l¨ªnea defensiva, la m¨¢s agujereada de la Liga. En poco m¨¢s de un minuto repiti¨® la misma suerte, un bal¨®n cruzado sobre el ¨¢rea rival, donde la defensa gijonesa mantiene este a?o algunas actitudes casi infantiles.
Morientes, decidido a aprovechar cualquier ocasi¨®n que se le brinda de alimentar las comparaciones con Suker, volvi¨® a ser decisivo. Primero estrell¨® en el cuerpo de Ablanedo un cabezazo a bocajarro y, despu¨¦s, Ra¨²l encendi¨® las primeras luces de la noche y abri¨® en canal el costado derecho del Sporting con un gran servicio a Amavisca. El centro de ¨¦ste lo cabece¨® Morientes con tanta comodidad como precisi¨®n.
El Madrid tuvo al Sporting a su merced a ra¨ªz del gol. Ra¨²l y Mijatovic fallaron entonces con la puntilla y los gijoneses, siempre muy justos y temerosos de asomarse ante Ca?izares, capearon el temporal, no sin dejarse a jirones la reputaci¨®n de su sistema defensivo. Con ello provocaron la desesperaci¨®n de su t¨¦cnico, Antonio Maceda, que acaba de heredar un rompecabezas cada vez m¨¢s dif¨ªcil de ajustar.
El ¨²ltimo cuarto de hora, hasta el descanso, fue para L¨®pez de la Fuente. ' El ¨¢rbitro se empe?¨® en llamar la atenci¨®n haciendo dejaci¨®n de funciones. Su inhibici¨®n ante una entrada de Lediakhov a Hierro y ante las frecuentes salidas, de tono de Redondo prendi¨® la mecha entre los jugadores y en los grader¨ªos. El descanso lleg¨® como una campana salvadora, cuando los ¨¢nimos estaban m¨¢s que caldeados, sobre todo entre Redondo y Lediakhov.
El segundo tiempo empez¨® como el primero, con el Sporting algo crecido y el Madrid sesteando. El f¨²tbol del campe¨®n fue por momentos cicatero, plano y sin chispa. Mitad por la presi¨®n del Sporting, mi tad por la propia falta de ritmo, el Madrid se hart¨® de perder balones y de ahorrarse todo tipo de grandezas. Todo era como un gris expediente a cubrir, un poco al estilo del tan criticado Barcelona. El Sporting no invitaba a hacer mucho m¨¢s, dado el esfuerzo que le costaba llegar ante Ca?izares con m¨¢s convicci¨®n qu¨¦ la presencia testimonial del solitario Kalku.
El partido caminaba hacia la nada absoluta cuando, a 13 minutos del final, Ra¨²l volvi¨® a aparecer y esta vez hizo algo muy grande. Firm¨® uno de esos lances reservados a los aut¨¦nticos fuera de serie cuando le puso la r¨²brica de oro a una excelente jugada de Seedorf. El holand¨¦s le sirvi¨® un bal¨®n manso, una perita en dulce, al borde del ¨¢rea rival y lo que hizo Ra¨²l fue meter la zurda a rosca, con efecto, haciendo que el bal¨®n dibujara una diab¨®lica par¨¢bola que vol¨® sobre Ablanedo y muri¨® en la red.
El Molin¨®n se despert¨® dando un brinco para rendirse ante un gol que vali¨® con creces el precio pagado por la entrada. A decir verdad, para el Real Madrid, adem¨¢s de un toque de distinci¨®n, el golazo de Ra¨²l fue un ant¨ªdoto que lleg¨® justo a tiempo para evitar que cundieran las comparaciones. El Madrid de Gij¨®n se estaba pareciendo al Barcelona que el martes jug¨® en Mallorca.
Incluso pod¨ªa pensarse que el Sporting que ha arrancado dando tumbos en esta Liga no tiene ni punto de comparaci¨®n hoy en d¨ªa con el Mallorca que era segundo hasta su derrota de anteayer. Por suerte para el Madrid, se hablar¨¢ de los tres puntos sumados y de un gol incomparable.
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