Kiko fue m¨¢gico pese a su flojera
El Atl¨¦tico no brill¨® ante el M¨¦rida hasta que salt¨® al campo el jerezano
El Atl¨¦tico necesita a Kiko. Nadie representa tanto para este equipo como el jerezano. Y ayer, ante el M¨¦rida, se confirm¨® la evidencia: con unos cuantos kilos de menos, a¨²n convaleciente de una salmonelosis, Kiko volvi¨® a resultar m¨¢gico, un tesoro para los rojiblancos. S¨®lo cuando el 19 pis¨® la pradera el Atl¨¦tico alcanz¨® su mejor versi¨®n y enterr¨® al M¨¦rida. Kiko marc¨® un gol, construy¨® otro con una maniobra portentosa y dio el pase del ¨²ltimo.En cambio, cuando el jerezano no estuvo -sentado durante la primera mitad en el banquillo con un ojo puesto en el cuarto de ba?o-, no estuvo tampoco el Atl¨¦tico. Porque los rojiblancos notan de verdad las ausencias del jerezano. Pierden claridad, poder de desequilibrio y alegr¨ªa. Y ayer no fue una excepci¨®n. Sin Kiko, el Atl¨¦tico construy¨® un primer tiempo simpl¨®n e inofensivo. Se hizo con la pelota, s¨ª, pero la manej¨® con desesperante lentitud y ninguna lucidez. No pasaron tampoco apuros los rojiblancos, pero eso ya s¨®lo hay que atribu¨ªrselo al M¨¦rida, un equipo incapaz, sin ambici¨®n y rampl¨®n.
Tanto echaba de menos a Kiko el Atl¨¦tico que Antic lo puso a calentar, con flojera y todo, a la media hora. El Calder¨®n se despert¨® en cuanto vio asomar la pantorrilla del jerezano. Y quiz¨¢s impulsado por el rumor ilusionante del p¨²blico, o por la presencia en la banda del compa?ero imprescindible, Vieri lleg¨® al gol.
Ten¨ªa Vieri, una costumbre peligrosa en los mano a mano frente al portero: cerrar los ojos y golpear con toda la violencia, del mundo a la pelota. Y lo que suced¨ªa la mayor¨ªa de las veces era que el bal¨®n se estrellaba contra el portero o se marchaba soplando hacia la grada. Pocas veces terminaba en el fondo de la porter¨ªa. Pero el italiano ha escarmentado. O aprendido, que Antic le ha tenido horas y horas de entrenamiento ante el marco para corregir sus carencias de definici¨®n. Ahora Vieri amaga el zapatazo, aguarda a que el portero rival se vaya al suelo y busca la red con un globito. As¨ª resolvi¨® en Oviedo y as¨ª arregl¨® ayer, con la pierna mala adem¨¢s, un partido feo para el Atl¨¦tico y horroroso para el espectador.
El M¨¦rida no apareci¨® tampoco tras el 1 -0. Ni tras el 2-0, que ya se produjo en la segunda parte, con Kiko (autor del tanto) en el campo. O sea, con el Atl¨¦tico cosido de nuevo al buen juego. El jerezano, pese a su debilidad f¨ªsica, transform¨® a los rojiblancos, que recuperaron la claridad, el poder de desequilibrio y la alegr¨ªa.
Con el Atl¨¦tico crecido y el M¨¦rida muerto, Kiko decidi¨® adue?arse del partido para siempre con una acci¨®n majestuosa, la del 3-0. Vieri envi¨® el bal¨®n hacia el ¨¢rea y Kiko fue a por ¨¦l, arrastrando en su maniobra a cuanto defensa emeritense poblaba el ¨¢rea. Cuando la pelota le lleg¨®, el jerezano se apart¨® y dej¨® que viajara por el suelo tranquilamente hasta los pies de Juninho, que estaba a su espalda completamente solo, preparado para el gol. Simplemente hab¨ªan pasado ocho minutos desde que Kiko entr¨® en el campo y el Atl¨¦tico ya ten¨ªa la victoria guardada en el maletero.
La media hora restante dio para otro gol (de Jos¨¦ Mar¨ª) y, sobre todo, para que el colchonerismo vibrara con la milagrosa recuperaci¨®n del accidentado Lard¨ªn.
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