Brasil frena el prop¨®sito de Clinton de introducir su modelo de libre mercado para Am¨¦rica
ENVIADO ESPECIALLas grandes diferencias entre Brasil y Estados Unidos, fundamentalmente referidas a las trabas comerciales o ritmo de construcci¨®n del ?rea de Libre Comercio (ALCA) promovida por Washington, permanecen inalterables, pero el presidente norteamericano, Bill Clinton, concluy¨® ayer sus tres d¨ªas de estancia en la naci¨®n m¨¢s habitada y poderosa de Am¨¦rica Latina, y una de las m¨¢s reacias a las tesis de la Casa Blanca, superando al menos la generalizada hostilidad que precedi¨® su llegada y estableciendo las bases de un mejor entendimiento.
"Es un seductor", se entreg¨® el senador Ney Suassuna. Antes de viajar a Buenos Aires, por la tarde, sobrevol¨® playas, miradores y chabolas de R¨ªo de Janeiro, salud¨® a una concentraci¨®n de estudiantes y docentes y reclam¨® del empresariado de Sao Paulo y de Am¨¦rica Latina una mayor contribuci¨®n al fomento del empleo y de la educaci¨®n de sus compatriotas en precario. Brasil, cuya dependencia de Estados Unidos es relativa, ya que s¨®lo vende en ese pa¨ªs el 20% de sus exportaciones, se permiti¨® hablarle en voz alta.Un comentario de caf¨¦ del asesor Sidney Blumenthau, uno de los redactores de los discursos de Clinton, acerc¨® al esp¨ªritu de la escala brasile?a del primer viaje suramericano del jefe de Gobiemo dem¨®crata en sus cinco a?os de mandato. "?Qu¨¦ tal la comida de ayer?", le pregunt¨® uno de los periodistas acreditados en la Casa Blanca. "Buen¨ªsima. Era cocina blanca". De hecho, era francesa con un toque tropical, revel¨® un cocinero. "?Y el hotel aqu¨ª?". "Ah, no. No puedo hablar. Recibimos instrucciones de no hablar mal de este pa¨ªs, ni siquiera de su arquitectura. Los brasile?os est¨¢n muy sensibles".
La sensibilidad brasile?a, con el gatillo levantado contra cualquier posici¨®n de fuerza en las negociaciones sobre el ALCA, contra el rigor del Servicio Secreto de EE UU en la custodia de Clinton durante el viaje o contra las bruscas maneras de su embajador en Brasilia, fue considerada por el presidente, que ofreci¨® sus buenos oficios para solucionar las trabas comerciales pendientes y, obsequioso, pidi¨® disculpas p¨²blicamente por el informe del Departamento de Estado que define a Brasil como un pa¨ªs de corrupci¨®n "end¨¦mica", justicia "lenta e ineficiente" y sistema educativo fracasado. "El relator del documento se equivoc¨®, y puedo garantizarles que ning¨²n brasile?o lamenta tanto como yo lo sucedido", admiti¨® el presidente Clinton, en un gesto sin precedentes en las relaciones diplom¨¢ticas con Brasil.
El ex presidente Jos¨¦ Sarney, senador, sostiene que las patriotadas no fueron in¨²tiles. "Ser¨¢n tenidas en cuenta en la evaluaci¨®n del terreno por parte de los americanos". En esa direcci¨®n, el ministro de Asuntos Exteriores, Luis Felipe Lampreia, declaraba que "por su cultura, Estados Unidos ¨²nicamente respeta a los pa¨ªses que se hacen respetar". Brasilia pidi¨® a Bill Clinton que el ALCA respete la consolidaci¨®n de Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), que no apresure el nacimiento del bloque continental concebido en la cumbre de Miami de 1994, y cuya entrada en vigor est¨¢ prevista en el 2005, y que levante las barreras impuestas a algunas de sus exportaciones.
Seg¨²n Brasil, no hay una correspondencia equilibrada en los intercambios, como lo demuestra el d¨¦ficit de la balanza comercial, favorable a Estados Unidos en 5.000 millones de d¨®lares. Calculan que el pa¨ªs pierde anualmente casi 3.000 millones de d¨®lares por barreras no arancelarias.
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