El general Ngueso anuncia el final de la guerra en Congo y la formaci¨®n de un Gobierno de unidad
"Para m¨ª, la guerra ha terminado porque tenemos el control de la mayor¨ªa del pa¨ªs" asegur¨® ayer el general Dennis Sassu Ngueso, nuevo hombre fuerte del Congo-Brazzaville. La realidad parece darle la raz¨®n. Los combates han desaparecido casi por completo. Los problemas se concentran ahora en la capital, donde los soldados se han dado al pillaje. El emblem¨¢tico edificio de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, uno de los orgullos sanitarios de ?frica, ha sido pasto del saqueo. En Pointe Noire, la Cruz Roja da cuenta de la existencia de al menos 22 muertos. La situaci¨®n est¨¢ lejos de normalizarse.
El general Sassu Ngueso, de 54 a?os, que se encuentra en su pueblo natal (Oyo, al norte), tiene previsto dirigirse hoy por televisi¨®n y radio al pa¨ªs. En su alocuci¨®n va explicar las razones de esta guerra personal que desde junio ha costado la vida a miles de personas. Un portavoz del militar ha informado que el general anunciar¨¢ la formaci¨®n de un Gobierno de unidad nacional, en el que tiene previsto dar entrada a algunos ministros del anterior Ejecutivo, y la convocatoria de elecciones democr¨¢ticas, con presencia de observadores internacionales, en un plazo de varios meses. Una promesa que se enfrentar¨¢ a la realidad de un pa¨ªs roto y sin partidos pol¨ªticos.El a¨²n presidente, Pascal Lisuba, de 64 a?os, se ha negado a entregar el poder. Escondido en un lugar del pa¨ªs, posiblemente en su natal Dolisie, a unos 100 kil¨®metros al noreste de Pointe Noire, Lisuba asegura que s¨®lo transmitir¨¢ el poder a un presidente elegido democr¨¢ticamente. ?se era el mismo argumento del dictador Mobutu Sese Seko poco antes de ser expulsado del pa¨ªs por los rebeldes de Laurent Kabila.
Francia, que se ha visto beneficiada por la resoluci¨®n de esta guerra (Ngueso firm¨® un contrato millonario con la petrolera Elf-Aquitaine), ha invitado a los dem¨¢s pa¨ªses a que reconozcan los hechos consumados, es decir, a que reconozcan al nuevo r¨¦gimen. Todav¨ªa no se ha producido ning¨²n cambio en este sentido. Ni en ?frica ni en Europa.
Problema humanitario
Ahora, el problema m¨¢s urgente es el humanitario. El Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja ha solicitado a los hombres de Ngueso permiso inmediato para poder cruzar a Brazzaville desde la vecina Kinshasa y socorrer a las numerosas v¨ªctimas de la batalla final. M¨¦dicos Sin Fronteras asegura que, adem¨¢s de cientos. de muertos, hay personas sin hogar y los hospitales est¨¢n en p¨¦simas condiciones. En Kinshasa, la capital de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo se hacinan los refugiados que cruzaron el r¨ªo Congo (el segundo m¨¢s caudaloso del mundo tras el Amazonas) en improvisadas canoas cargadas con sus enseres personales.Las promesas de elecciones y de democratizaci¨®n que, al parecer, va a formular Ngueso, se topan con su propio pasado de dictador marxista y con la realidad pol¨ªtica de la zona. Kabila, el hoy presidente de lo que fue el Zaire, prometi¨® elecciones en mayo tras tomar el poder en Kinshasa. Los plazos empiezan a alargarse. Sus asesores hablan ahora de 10 ¨® 20 a?os. Se ignora cu¨¢l ser¨¢ relaci¨®n entre Kabila y Ngueso, sobre todo despu¨¦s de que el primero apoyase a Lisuba (alido de la petrolera estadounidense Gulf).
Los dos Congos est¨¢n separados por un r¨ªo y por un pasado colonial diverso. El de Kinshasa fue feudo de los belgas, cuyo rey Leopoldo II lo convirti¨® en una lucrativa finca personal de la que obten¨ªa caucho y marfil, sobre todo. El de Brazzaville fue tomado por los franceses, para extender su influencia al sur. Hablan el mismo idioma, el, franc¨¦s, pero nunca se han entendido.
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