Blair busca buenos maestros

Cuando Tony Blair, primer ministro laborista brit¨¢nico, estudiaba en el selecto colegio escoc¨¦s de Fettes, hizo un descubrimiento singular. De la mano de su profesor de ingl¨¦s, Eric Anderson, ley¨® Ivanhoe, la novela m¨¢s famosa del escritor sir Walter Scott, publicada en 1819. Las aventuras del h¨¦roe saj¨®n, de su prometida, Rowena, y su enamorada Rebeca en el marco de las Cruzadas siguen siendo sus preferidas, y a¨²n hoy le agradece a su mentor hab¨¦rselas mostrado. Es uno de los alumnos "que no han olvidado a sus buenos maestros", precisamente ¨¦se es el lema escogido en el Reino Unido para mejorar la calidad del profesorado nacional.Apasionado de la educaci¨®n, como ¨¦l mismo asegura, Blair se ha encargado de apoyar una campa?a de 2.000 millones de pesetas, que entra en marcha hoy mismo y est¨¢ llamada a transformar el magisterio en una de las tres carreras m¨¢s apetecidas por los licenciados brit¨¢nicos. La asociaci¨®n que los prepara a escala nacional espera elevar en el plazo de cinco a?os la categor¨ªa de los aspirantes y captar a los que exhiban mejores notas en su propio curr¨ªculo. En una palabra, que los futuros docentes de matem¨¢ticas, ciencias o historia encargados de las, aulas de primaria y secundaria hayan obtenido, por lo menos, una media de notable en su propio periplo universitario.

Si ellos figuran entre los buenos, la percepci¨®n general de su labor mejorar¨¢ tambi¨¦n.

Para lograrlo, el poder de persuasi¨®n de los rostros famosos se ha impuesto a cualquier selectividad. Actores, deportistas, empresarios, directores de cine o restauradores bien conocidos de los brit¨¢nicos han aceptado evocar en p¨²blico al maestro inolvidable que ilumin¨® sus largos a?os escolares. Eric Anderson, actual rector del Lincoln College de Oxford, tambi¨¦n dirigi¨® a Tony Blair en la obra Julio C¨¦sar, de Shakespeare. El l¨ªder laborista encarnaba a Marco Antonio, "y contempl¨¢ndole durante la pasada conferencia de su partido pens¨¦ que yo hab¨ªa hecho un buen trabajo", brome¨® al presentar la campa?a junto a su antiguo alumno, flamante inquilino del n¨²mero 10 de Downing Street.

Sebastian Coe, el corredor que fuera doble campe¨®n ol¨ªmpico en Mosc¨² y Los Angeles y uno de los atletas m¨¢s queridos en este pa¨ªs, se ha sumado al proyecto. David Jackson, profesor de geograf¨ªa ya retirado, es el nombre que recuerda con m¨¢s cari?o. "Parec¨ªa m¨¢s peque?o para su edad que el resto, pero siempre les ganaba a todos con su enorme talento natural", ha dicho ¨¦ste. Cuando Coe obtuvo su primer oro en la carrera de 1.500 metros en Mosc¨², le llam¨®. por tel¨¦fono. No hab¨ªa olvidado que nadie quiso apostar con su maestro cuando afirmo que vencer¨ªa ese d¨ªa. "Le pregunt¨¦ qu¨¦ pens¨® al cruzar la meta", rememora Jackson. "Me dijo, riendo: En todo el dinero que usted habr¨ªa ganado conmigo".

Los recuerdos de Bob Cox, encargado de la educaci¨®n f¨ªsica en el centro donde estudiaba David Seaman, portero de la selecci¨®n nacional inglesa de f¨²tbol, se agolpan. Al jugador le gustaba su estilo y que no le tratara como si s¨®lo fuera capaz de golpear un bal¨®n. Cox se fij¨® enseguida en Seaman, "un chico fant¨¢stico que sobresal¨ªa en cualquier deporte. Es de los pocos de su profesi¨®n que tienen cerebro". El naturalista sir David Attenborough, presentador de programas de vida animal premiados en todo el mundo; la actriz Joanna Lumley, una de las ¨²ltimas vengadoras en la popular serie brit¨¢nica de televisi¨®n, y su colega Bob Hoskins; el f¨ªsico te¨®rico Stephen Flawking; el restaurador y responsable de las tiendas Habitat, sir Terence Conran, o la empresaria Anita Roddick, inseparable de su Body Shop y la l¨ªnea ecol¨®gica de sus cosm¨¦ticos, han accedido asimismo a evocar a sus h¨¦roes escolares.

"Queremos profesores que lleguen al magisterio porque les llena intelectual y humanamente. Es un deber hacia nuestros hijos y el futuro del pa¨ªs", ha dicho Anthea Millet, directora de la agencia nacional que los prepara. S¨®lo un cap¨ªtulo no ha sido mencionado por los organizadores de la ambiciosa campa?a, el econ¨®mico. Un delicado apartado, abordado sin reparos por los sindicatos de profesores a la hora de evaluarla. Para sus miembros, atraer talentos compone un bonito ejercicio, pero hay que ser pragm¨¢ticos. Los maestros necesitan tambi¨¦n mejores sueldos y condiciones laborales para emularse.