El derrame fue desviado al alcantarillado, ya que el almac¨¦n carece de un sistema de contenci¨®n
VIENE DE LA P?GINA 1
Los mismos obreros, creyendo que pod¨ªan controlar el derrame, lanzaron bicarbonato y carbonato s¨®dico. "Hab¨ªa niebla, y la humedad, junto con el aire, provocaron el cambio de estado del ¨¢cido clorh¨ªdrico. As¨ª se form¨® la nube", indic¨® Honorio Riesgo, directivo de la empresa. "Ha sido una exageraci¨®n. Aqu¨ª a nadie le ha pasado nada, nosotros mismos podr¨ªamos haberla controlado", a?adieron algunos empleados suyos.
La formaci¨®n blanca y espesa que surgi¨® en el pol¨ªgono fue vista por una patrulla de la Polic¨ªa Municipal, que inmediatamente avis¨® a los bomberos. Esta llamada se registr¨® a las once de la ma?ana. Cuatro minutos despu¨¦s, el primer veh¨ªculo del servicio de extinci¨®n entraba en la nave, situada en el n¨²mero 142 de la avenida Real de Pinto. El siguiente paso fue acordonar la zona. En ning¨²n momento el Ayuntamiento consider¨® necesario alertar a la poblaci¨®n. "No hay viviendas en un radio de un kil¨®metro y, por lo tanto, no hab¨ªa peligro para los vecinos", se?al¨® la edil de Villaverde, Nieves S¨¢ez de Adana.
La nube, que no lleg¨® a afectar al casco urbano, aunque s¨ª intranquiliz¨® a los vecinos, era irritante para la piel y las v¨ªas respiratorias. La empresa indic¨® que,. dada la baja concentraci¨®n de ¨¢cido en el aire, no entra?aba ning¨²n problema grave para la salud. "Es algo parecido a lo que queda en el aire cuando se echa agua fuerte en un inodoro. Si te acercas mucho, pues te irrita; si no, simplemente lo hueles", explic¨® Honorio Riesgo.
El jefe de guardia de los bomberos, Eugenio Amores, uno de los primeros en llegar a la nave, se mostr¨® m¨¢s estricto: "Fue una nube t¨®xica, porque as¨ª es el producto que lo ocasion¨®, pero tampoco hay que ser alarmistas, porque el riesgo para la salud dependi¨® de la proximidad al lugar de la fuga. Lo que est¨¢ claro es que ha sido mucho m¨¢s grave que la fuga de Algry [un escape de 500 kilos de corhidrato de trimetilamina, ocurrido el 13 de enero pasado y que oblig¨® a desalojar a 250 vecinos de una colonia de Fuencarrall. All¨ª pod¨ªamos respirar sin problemas; aqu¨ª, no". El jefe de guardia de bomberos ilustr¨® con un ejemplo el poder corrosivo del escape: "Al acabar su trabajo, un miembro del equipo especial se duch¨® con el traje aislante para eliminar los restos de ¨¢cido. Pues bien, al desvestirse, se le cay¨® en la pantorrilla una simple gota. Resultado: tiene una quemadura del tama?o de un pulgar".
La nube fue diluida con agua en aspersi¨®n, mientras que una parte del derrame fue a parar a las alcantarillas, debido a que el almac¨¦n, en contra de lo que establece la normativa, carece de cubetas de contenci¨®n capaces de aislar las fugas. Este hecho fue criticado por los bomberos, quienes tambi¨¦n se quejaron de que la empresa, pese a tener un plan de seguridad exterior, no les avis¨® al descubrir el escape.
La empresa insisti¨® en que ha cumplido todos los requerimientos del Ayuntamiento y que en junio pasado present¨® al mismo una licencia para ejecutar las obras de mejora necesarias. En este sentido, la firma indic¨® que el pasado 14 de octubre le hab¨ªa sido aprobada una solicitud para llevar a cabo la obra de reubicaci¨®n de los dep¨®sitos y construcci¨®n de las balsas de contenci¨®n. "No se ha podido hacer antes por falta de medios econ¨®micos.Tenemos la conciencia tranquila. Ha sido aparatoso, pero no peligroso", a?adi¨® Honorio Riesgo.
Quienes tambi¨¦n sufrieron los efectos de la nube t¨®xica fueron los obreros que constru¨ªan una nave a unos 100 metros del lugar del accidente. "Nadie me avis¨®. Yo estaba trabajando a unos nueve metros de altura. Vi c¨®mo sal¨ªa una especie de niebla de la empresa esa. Cada vez sal¨ªa m¨¢s y m¨¢s. Me dol¨ªan los ojos y la garganta, as¨ª que me fui", record¨® Fernando Pastor Arroyo, de 49 a?os. "Era enorme, alcanzaba los 10 metros de altura y se iba expandiendo. No se pod¨ªa respirar, ni siquiera se ve¨ªa a trav¨¦s de la nube", apunt¨® el obrero Sebasti¨¢n Reyes, de 38 a?os. Su relato lo corrobaron sus compa?eros Primitivo S¨¢nchez, de 49 a?os, y Jaime Garc¨ªa, de 23.
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