150 millones al d¨ªa
UN MILL?N de d¨®lares (unos 150 millones de pesetas) al d¨ªa es la multa que la fiscal general de Estados Unidos, Janet Reno, ha solicitado de un juez federal del distrito de Washington para la empresa Microsoft por presuntas pr¨¢cticas monopolistas en el mercado del acceso a Internet. En el caso de que el juez estimara la demanda, la multa se seguir¨ªa aplicando hasta que Microsoft dejara de utilizar su posici¨®n de pr¨¢ctico monopolio en los sistemas operativos de los ordenadores personales para introducir de paso, su propio navegador, el Internet Explorer. La Comisi¨®n Europea tambi¨¦n ha abierto una investigaci¨®n al respecto sobre los contratos firmados por Microsoft en la Uni¨®n Europea.M¨¢s del 80% de todos los PC en el mundo tienen actualmente incorporado el Windows de Microsoft como sistema operativo, es decir, como el instrumento que permite que el ordenador entienda al usuario y sea capaz de realizar las tareas que ¨¦ste le encomienda. Amplios sectores de usuarios y t¨¦cnicos se vienen mostrando reticentes, desde hace ya bastante tiempo, ante las posibilidades que ofrece a esa empresa una tal preponderancia. En particular, para imponer software (soporte l¨®gico) de consumo de la misma compa?¨ªa en detrimento de productores independientes. Ser¨ªa como si el proveedor de energ¨ªa el¨¦ctrica lo fuera tambi¨¦n de electrodom¨¦sticos y aprovechara la instalaci¨®n del suministro de energ¨ªa para favorecer sus propios productos y dificultar el uso de los de la competencia. Pero, de las varias denuncias que se han producido en este sentido, ninguna se ha resuelto hasta ahora en contra de Microsoft.Lo que ha desencadenado la situaci¨®n actual es la incorporaci¨®n del navegador de Microsoft, el Internet Explorer, al tiempo que se instala el sistema operativo Windows en un ordenador. Teniendo en cuenta que a la mayor¨ªa de los usuarios les resultar¨¢ m¨¢s c¨®modo utilizar este programa de navegaci¨®n ya instalado que a?adir o reemplazarlo por otro, dicha pr¨¢ctica supone que Microsoft podr¨ªa aprovechar la casi universalidad de su sistema operativo para extender en las mismas proporciones su propio navegador, dificultando la competencia de los dem¨¢s, especialmente Netscape, hoy por hoy mayoritario.
La iniciativa de intentar copar el mercado de los navegadores responde, por otra parte, a la actual estrategia de Microsoft, que considera Internet como el escenano en el que se disputar¨¢ en el futuro la supremacia en el mundo de la inform¨¢tica y de las comunicaciones. La empresa, por su parte, ha respondido argumentando que la inclusi¨®n de su navegador no es m¨¢s que la extensi¨®n de las funciones que ofrece su sistema operativo, una especie de mejora del Windows, compatible con el acuerdo de 1994 por el que se fijaban las condiciones de desarrollo y extensi¨®n de dicho sistema.
El hecho es que las autoridades no est¨¢n de acuerdo con dicha valoraci¨®n y sospechan que Microsoft, prevali¨¦ndose de su posici¨®n en el mercado, ha violado a sabiendas la regulaci¨®n que protege la competencia. De ah¨ª la excepcional dureza de la sanci¨®n solicitada. Y de ah¨ª tambi¨¦n que, desde el punto de vista jur¨ªdico y comercial, la resoluci¨®n del caso pueda crear un precedente de importantes consecuencias en el futuro de la tecnolog¨ªa inform¨¢tica y de la comunicaci¨®n.
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