De Cuba a Calcuta
Pocas cosas muestran mejor el agotamiento de las ideolog¨ªas cl¨¢sicas, decimon¨®nicas -o aun de m¨¢s all¨¢-, que las recientes ceremonias de exaltaci¨®n de los restos mortales de dos reliquias del pasado, dos h¨¦roes o santones de cierta izquierda y derecha ultratrad¨ªcionalistas.Esa izquierda celebra al Che Guevara, que signific¨® no ya la revuelta armada del pueblo por la justicia contra el tirano -lo que acepta hasta la moral cat¨®lica-, sino el poder de un grupito armado, incluso extranjero, para vencer la injusticia, sin tener que preocuparse por consultar y apoyarse en un pueblo de cuya capacidad dudaban (y de hecho negaban). As¨ª, este "guerrillero heroico" fue en realidad un lamentable fracasado te¨®rico y pr¨¢ctico, cosechando derrota tras derrota hasta su muerte. Treinta a?os despu¨¦s, sus huesos acaban de volver a lo que, como se ha escrito, fue su ¨²nica aparente victoria, pero en realidad su mayor derrota, aquella Cuba que pretendi¨® haber liberado, pero que qued¨® convertida en una c¨¢rcel con 10 millones de v¨ªctimas.
La derecha exalta a la madre Teresa de Calcuta, nueva patrona de la buena muerte, que en su -as¨ª denominada- "casa de la muerte" garantizaba bien esa muerte e incluso la aceleraba por su desinter¨¦s por los medicamentos y hasta la higiene, lo que ning¨²n "tipismo" local ni "apoyo psicologo caritativo" puede justificar. Como en el caso del Che, tambi¨¦n sus restos han sido trasladados, con no menor simbolismo, en un cortejo del que se excluy¨® a los numeros¨ªsimos pobres que la misma oposici¨®n de esta monja a la anticoncepci¨®n contribuy¨® a multiplicar en esa llamada "capital de la superpoblaci¨®n", Calcuta. Lamentable caridad, que quiere tanto a los pobres que los multiplica, les hace nacer m¨¢s y morir antes.
De Cuba a Calcuta, del guerrillero Guevara ala monja Teresa, con esa izquierda y esa derecha, as¨ª estamos.-
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