"Dragones" de cart¨®n
LAS BOLSAS asi¨¢ticas han sufrido una nueva y grave convulsi¨®n. El hundimiento de Hong Kong, que en cuatro d¨ªas ha perdido casi una cuarta parte de su valor y que ayer registr¨®, con un 10%, la mayor ca¨ªda de su historia, arrastr¨® al resto de las bolsas asi¨¢ticas y contamin¨® a todas las bolsas occidentales, que experimentaron p¨¦rdidas entre el 2% y el 3%. La profundidad de la crisis dispar¨® los tipos de inter¨¦s a un d¨ªa en Hong Kong hasta el 250%, y el miedo parece haberse instalado en las econom¨ªas asi¨¢ticas, tan pr¨®speras. hasta fechas recientes. El caos financiero alcanz¨® incluso tintes dram¨¢ticos al conocerse el suicidio de un financiero brit¨¢nico afectado por el colapso del mercado de valores. Los llamados dragones asi¨¢ticos Hong Kong, Corea del Sur, Taiwan, Singapur, Indonesia o Malaisia- est¨¢n atravesando una crisis econ¨®mica muy profunda sin que, en la opini¨®n impersonal de los mercados, acierten a encontrar soluciones claras para su delicada situaci¨®n.Las causas de las crisis burs¨¢tiles y financieras que sacuden esta zona econ¨®mica son conocidas; y el hecho de que se repitan demuestra que no han sido corregidas. Las nuevas econom¨ªas asi¨¢ticas est¨¢n pagando ahora su peculiar modelo de desarrollo, que compatibilizaba altas tasas de crecimiento con elevados d¨¦ficit exteriores, Adem¨¢s, sus espectaculares tasas de crecimiento, que en otro tiempo provocaron la envidia de los pa¨ªses occidentales est¨¢n soportadas por sistemas financieros inmaduros, sin mecanismos rigurosos de supervisi¨®n bancaria -que explican la f¨¢cil transformaci¨®n de problemas econ¨®micos locales, relativamente gestionables, en crisis financieras de gran alcance y un sistema cambiario semifijo con el d¨®lar norteamericano que los terremotos burs¨¢tiles y cambiarios han obligado a flexibilizar en casi todos los pa¨ªses del ¨¢rea, con excepci¨®n de Hong Kong. Los desequilibrios del crecimiento asi¨¢tico han estallado por fin y se han convertido en pasto de especulaci¨®n.
S¨ª la crisis burs¨¢til y monetaria de los tigres no acaba de corregirse es porque los mercados consideran, adem¨¢s, que la respuesta de los pa¨ªses atacados es insatisfactoria. Los inversores y operadores de todo el mundo entienden que las econom¨ªas afectadas deben liberalizar sus sistemas cambiarios y aplicar programas de ajuste que reduzcan sus d¨¦ficit de forma sustancial. Pero en lugar de apresurar las medidas de rigor, algunos pa¨ªses, como Indonesia, han reaccionado sugiriendo la necesidad de instalar controles de cambio, atacando a los "especuladores" o disponi¨¦ndose a resistir el ataque al d¨®lar de Hong Kong consumiendo las divisas que sean necesarias. Este numantinismo financiero, si bien es un rasgo inicial de firmeza, es contraproducente a medio plazo y deja abierta la v¨ªa de la especulaci¨®n.
La timorata conducta del Fondo Monetario Internacional (FMI), incapaz de definir sistemas de intervenci¨®n r¨¢pida para controlar los terremotos financieros localizados y evitar que se extiendan por la red econ¨®mica global, tiene tambi¨¦n su parte de responsabilidad en la persistente falta de credibilidad de esos mercados. Hace tiempo que el FMI deber¨ªa haber impuesto criterios de rigor econ¨®mico en la zona -siguiendo el ejemplo de la crisis latinoamericana- que ganaran el respeto de los mercados. Todav¨ªa no es demasiado tarde.
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