El Prado dedica una sala a Cristina de Suecia

Desmesura y pasi¨®n. Cristina de Suecia (1626-1689) fue una mujer adelantada a su tiempo. Su oposici¨®n radical al matrimonio y su actitud religiosa, que pon¨ªa en duda el protestantismo oficial en Suecia, la llevaron a renunciar al trono en 1654. Tras pasar una temporada en Bruselas se instal¨® en Roma, donde vivi¨® dedicada a una de sus grandes pasiones, la colecci¨®n de obras de arte. Tres siglos despu¨¦s, el Museo del Prado rinde homenaje a la soberana sueca el siglo XVII dedic¨¢ndole una muestra que re¨²ne 24 esculturas, 7 pinturas y 6 dibujos que adquiri¨® a lo largo de su vida.

Dos reinas, Sof¨ªa de Espa?a y Silvia de Suecia, inauguraron ayer por la tarde la exposici¨®n Cristina de Suecia en el Museo del Prado, que permanece abierta hasta el 11 de enero. Fernando Checa, director del museo, destac¨® la importancia de una muestra que "excede a las exposiciones temporales que habitualmente se celebran en la pinacoteca".La exposici¨®n se compone al cien por cien de obras propiedad del propio museo. Hay piezas, como la de Clitia, considerada la estrella de la colecci¨®n, que han sido recuperadas de los almacenes y restauradas por el museo, y otras -como el retrato de Felipe IV realizado por Vel¨¢zquez o los lienzos de Durero sobre Ad¨¢n y Eva- que han sido desplazadas de sus salas habituales.

Acabada la muestra, ¨¦stas volver¨¢n a su ubicaci¨®n anterior, pero se quedar¨¢n en la sala un grupo de ocho esculturas de musas, una de las cuales es un retrato de la propia reina, y un gran cuadro de Cristina de Suecia a caballo. Junto con otras piezas, conformar¨¢n una sala homenaje a la reina sueca.