Kiarostami cierra con 'El sabor de la cereza' las pantallas de unos magn¨ªficos d¨ªas de cine
Andrzej Wajda, Bruno Barreto y los filmes de Ladislao Vajda llenan las ¨²ltimas horas
Anoche se apag¨® la pantalla de la secci¨®n oficial de esta excelente Seminci con la exhibici¨®n de El sabor de la cereza, dif¨ªcil, dura de ver, intensa, bella y escueta pel¨ªcula del maestro del cine de Ir¨¢n, Abbas Kiarostami, que gan¨® en mayo la Palma de oro en el Festival de Cannes. Cerraron el concurso la brasile?a, dirigida por Bruno Barreto, Cuatro d¨ªas de septiembre; y la polaca Ni?a Nadie, obra del cl¨¢sico viviente del cine polaco Andrzej Wajda. Y finaliz¨® a retrospectiva de otro cl¨¢sico, el h¨²ngaro Ladislao Vajda, director de Mi t¨ªo Jacinto y Marcelino Pan y Vino.
La obra pr¨¢cticamente completa de Ladislao Vajda, cineasta h¨²ngaro que dirigi¨® un buen n¨²mero de pel¨ªculas del cine espa?ol en los a?os cuarenta y cincuenta, ha venido exhibi¨¦ndose a lo largo de esta semana de cine. Se ha hecho esperar mucho tiempo la recuperaci¨®n y la ordenaci¨®n de las profundas huellas que dej¨® en nuestro cine Este h¨²ngaro errante, como le define el t¨ªtulo del magn¨ªfico libro de Francisco Llin¨¢s elaborado para vertebrar esta retrospectiva. La espera merec¨ªa la pena.Vajda, nacido en Budapest en 1906, trabaj¨® en las cinematograf¨ªas h¨²ngara, brit¨¢nica, francesa, portuguesa, suiza, alemana, italiana y lleg¨® a la espa?ola en 1943, a?o del que proceden Se vende un palacio y Doce lunas de miel, primeras de las 21 pel¨ªculas espa?olas que hizo aqu¨ª, la ¨²ltima de ellas La dama de Beirut, en 1965, a?o de su muerte en Barcelona.
Entre ambas fechas Vajda nos dej¨® una docena larga de t¨ªtulos inolvidables, cinco de ellos con resonancia mundial: Carne de horca (1953), Marcelino Pan y Vino (1955), Tarde de toros (1955), Mi t¨ªo Jacinto (1956) y El cebo (1958). El rescate ahora de esta incalculable aportaci¨®n de Vajda a la historia de nuestro cine, que desde hace una d¨¦cada larga se encuentra en una busca de ra¨ªces que ya ha dado importantes frutos, es un regalo impagable de este festival.
Tri¨¢ngulo de actrices
De ortograf¨ªa muy parecida, pero director de cine muy distinto al de Vajda, es Wajda, patriarca de los cineastas polacos, que tiene aqu¨ª en concurso Ni?a Nadie, notabil¨ªsimo tri¨¢ngulo interpretativo de tres j¨®venes actrices que, conducidas por la sabidur¨ªa esc¨¦nica del gran hombre de teatro que hay detr¨¢s del gran hombre de cine Wajda, logra poner en la pantalla un peque?o (la pel¨ªcula se resiente de una trama algo corta) pero viv¨ªsimo choque de caracteres. Una s¨®lida e inteligente obra menor del director de las grandes Cenizas y diamantes y Canal.En el polo opuesto, la excelente Cuatro d¨ªas de septiembre, dirigida por el brasile?o Bruno Barreto, se beneficia de una trama argumental de largo alcance e impecablemente hecha. Es el relato en forma de minucioso reportaje de un suceso hist¨®rico que ocup¨® durante una semana los titulares de todos los peri¨®dicos del mundo: el secuestro, en 1969, por un comando del Movimient o Revolucionario 8 de Octubre, del embajador de Estados Unidos en Brasil Charles Burke Elbrick. El vibrante relato no da respiro. Es conciso y preciso. Nada le falta, nada le sobra, por lo que es un modelo de reconstrucci¨®n hist¨®rica con todos los alicientes del cine de acci¨®n: una formidable aventura de la realidad.
Y cerr¨® el ¨²ltimo d¨ªa, fuera de concurso, la deslumbrante tragedia de Kiarostami El sabor de la cereza. Ocup¨® esta compleja pel¨ªcula el lugar de privilegio de las cr¨®nicas del Festival de Cannes, donde arras¨®. Y habr¨¢ que volver a ella muy pronto, en cuanto se estrene en Espa?a. Ayer, aqu¨ª, fue un broche de lujo para una semana de gran cine.
Baste adelantar que a su hermosura y su alt¨ªsima calidad cinematogr¨¢fica, en El sabor de la cereza se acumula adem¨¢s cierta condici¨®n de pel¨ªcula heroica, hecha a escondidas de la censura isl¨¢mica iran¨ª y pagada de su bolsillo, d¨ªa a d¨ªa, por el propio Kiarostami, que ten¨ªa que robar dinero a la cesta de la compra de su casa para ir reuniendo lo suficiente para comprar a saltos un rollo de pel¨ªcula con el que rodaba algunos planos. Luego suspend¨ªa el rodaje y volv¨ªa a reanudarlo cuando consegu¨ªa ahorrar para otro rollo. Y as¨ª durante tres a?os, concentrando el esfuerzo de un peque?o equipo de t¨¦cnicos e int¨¦rpretes incondicionales que se dejaron el pellejo en esta empresa po¨¦tica.
Babelia
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