La entra en la Boca del Lobo
El c¨¦ntrico club rinde homenaje durante siete d¨ªas a los programas musicales m¨¢s influyentes
Pirata, libre, ilegal, clandestina, convencional, desde el otro lado de la frontera, desde una furgoneta o desde un barco, comercial, nacional, independiente o como quiera que sea, lo cierto es que la radio ha sido imprescindible en los ¨²ltimos cincuenta a?os para la divulgaci¨®n de la m¨²sica moderna. Adorada por los amantes del rock y el pop como el invento m¨¢s entra?able e imprescindible de la humanidad, la radio es la protagonista de las jornadas que desde la noche del mi¨¦rcoles pasado hasta la del pr¨®ximo martes se est¨¢n celebrando en la Boca del Lobo, una peque?a cuevaclub de la calle de Echegaray convertida durante estos siete d¨ªas en una emisora ininterrumpida de agitaci¨®n constante.D¨ªas de radio, nombre dado a estas jornadas, quiere rendir homenaje a esa relaci¨®n ¨ªntima y c¨®mplice que se establece entre los oyentes y sus locutores favoritos, y al mundo imaginado y sugerente que les sirven con canciones. As¨ª, decorada con portadas de discos, fotos alusivas y un escenario enmarcado por un tel¨®n inspirado en el cartel de la pel¨ªcula de Woody Allen que da nombre a la semana, cada emisi¨®n diaria desde la cueva cuenta con cuatro secciones bien diferenciadas: una pel¨ªcula referente a la radio, una hora de discos con canciones que hablan de ella, una actuaci¨®n en directo y una sesi¨®n final de un par de horas con los locutores m¨¢s emblem¨¢ticos de Madrid.
El Gran Wyoming ten¨ªa claro el mi¨¦rcoles el significado de la radio. Le toc¨® a ¨¦l presentar el ciclo mientras se proyectaba, precisamente, D¨ªas de radio. Con su ingenio habitual, Wyoming enreves¨® chascarrillos y reconoci¨® que fue al o¨ªr la radio como se anim¨® a fundar su primer grupo de rock, Calcet¨ªn, y, luego, Paracelso, y que ligaba mucho porque presum¨ªa con las chicas al conocer las canciones que o¨ªa en emisoras raras.
La actuaci¨®n del primer d¨ªa ten¨ªa que tener tambi¨¦n un significado especial. Enrique Sierra, guitarrista imprescindible que configur¨® durante 15 a?os el sonido caracter¨ªstico de Radio Futura, debutaba con su nuevo grupo, 127, y la sala estaba abarrotada. Con la rabia y chuler¨ªa de un chaval de 20 a?os, pero con el aplomo de otro 20 sobre el escenario, Enrique impuso un ritmo de rock el¨¦ctrico bien secundado por su bajista Pilar Rom¨¢n. Con sus nuevas canciones, ausentes de estribillos pero vibrantes, Enrique "sonar¨¢ de nuevo en las emisoras m¨¢s atrevidas, pero dif¨ªcilmente en las comerciales". Eso al menos pensaba Jes¨²s Ordov¨¢s, director del Diario pop de RNE, que despu¨¦s seleccion¨® los discos desde la cabina.
D¨ªas de radio, hasta el martes 4 en La Boca del Lobo (Echegaray, 11. Metro Sevilla). Desde las 22.30 horas. Libre.
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