El Madrid hace sangre en el Palau
La brillantez madridista deja en evidencia el cr¨ªtico momento que atraviesa el Bar?a
Diez minutos y a casa. En tan corto espacio de tiempo qued¨® desvirtuado ayer el cl¨¢sico en el Palau Blaugrana. No hab¨ªa ya partido, sino un equipo que atacaba y otro que se debat¨ªa para no ser vapuleado. No se recordaba, en los tiempos modernos del baloncesto, un Bar?a-Madrid tan decantado. El estropicio que caus¨® el Madrid fue espectacular. Djordjevic, la estrella azulgrana, personific¨® el desconcierto de los suyos. Opt¨® por la v¨ªa de la rabia y el coraje, pero acab¨® desquiciado. No hizo, sino acabar de empujar al precipio al Bar?a.El Madrid se person¨® en el Palau con un sorprendente planteamiento -Santos como base y Arlauckas y Herreros en el banquillo- que desarroll¨® de forma impecable, y acab¨® haciendo todo el da?o que supo y que pudo. Fue enorme. El partido le fue de cara, pero no baj¨® la guardia ni un solo segundo. Se fue con facilidad (19-34), antes del descanso ya hab¨ªa sofocado los intentos de reacci¨®n azulgrana (de 29-36 pas¨® a 30-51) y mediada la segunda parte se ceb¨® en los males de su rival. Subi¨® la diferencia a cotas delirantes, 30 puntos, contempl¨® c¨®mo Djordjevic se ten¨ªa que ir al banco despu¨¦s de sumar su segunda falta t¨¦cnica, anot¨® un triple con Nicola tumbado por un golpe involuntario que le hab¨ªa propinado su compa?ero Mustaf y acab¨® dando entrada al hijo del presidente madridista, Lorenzo Sanz, que adem¨¢s anot¨® una canasta que festej¨® a lo grande con Arlauckas. Un escarnio para la hinchada azulgrana.
La cuenta corriente del Bar?a empieza a sufrir los efectos del uso prolongado de la tarjeta de cr¨¦dito de Manel Comas. Su proyecto, por su carisma, por la calidad intr¨ªnseca del grupo sobre el que manda y porque no ha hecho sino arrancar, merece tiempo. Pero la realidad es tozuda y no contempla esas premisas. Lo cierto es que la de ayer fue su sexta derrota en 11 partidos de Liga.
La reincorporaci¨®n de Djordjevic se esperaba como agua de mayo en las filas azulgrana. Pero el base yugoslavo, relev¨® a Rafa Jofresa cuando ya el Barca iba a rebufo. Su presencia, lejos de ayudar, contribuy¨® a desordenar a¨²n m¨¢s las ya confusas ideas del grupo azulgrana. Su gesto de rabia arrojando al parqu¨¦ la careta con la que se protege de su reciente operaci¨®n en el tabique nasal es loable porque revela su esp¨ªritu indomable. Pero si en otros deportes no basta con ello, en el baloncesto a¨²n menos. Adem¨¢s, la posici¨®n de base era uno m¨¢s de los lunares del Bar?a, pero ni siquiera el de mayor relevancia. Mucho m¨¢s da?ina era la incapacidad defensiva bajo el aro, donde Mijailov anot¨® con impunidad y el perfecto aprovechamiento que hizo Angulo del espacio que le dejaba Esteller en su intento por ayudar a sus p¨ªvots.
El Bar?a es, hoy por hoy, un equipo con excesivos puntos d¨¦biles. Rentzias no acaba de dar la talla, Nicola mejor¨® ayer, pero Comas lo llev¨® r¨¢pidamente al banquillo, presumiblemente por las tontas faltas que cometi¨®; Djordjevic tiene que volver a coger el ritmo; Xavi Fern¨¢ndez, recuperar el esplendor, y el equipo en pleno, mejorar su rid¨ªculo balance reboteador (10 por 18 del Madrid en el primer tiempo). Eso, entre otras cosas si no desea malvivir en la zona media de la tabla y volver a quedar expuesto a otro correctivo como el de ayer.
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