L¨ªder de Espa?a, colista en Europa
L¨ªder de Espa?a, colista en Europa. Veinticinco puntos de 27 en la Liga, uno de 12 en la Copa de Europa. Ganador en el Bernab¨¦u, humillado en el Camp Nou por el campe¨®n de Ucrania. Cerca de 90.000 aficionados reunidos frente al Racing, no m¨¢s de 60.000 contra el Dinamo. Afortunado en el campeonato dom¨¦stico, desgraciado en la Liga continental. Certero en un torneo (23 goles en nueve partidos) y equ¨ªvoco en el otro (cuatro tantos en cuatro partidos). El d¨ªa y la noche. El Bar?a no tiene personalidad. Dir¨ªase que es v¨ªctima del s¨ªndrome de Doctor Jekyll y Mister Hyde. El temor lo produce que Hyde amenaza con comerse cualquier d¨ªa a Jekyll.Tanta bronca el curso pasado contra Robson por reclamarle a diario la clasificaci¨®n para la Liga de Campeones, tanta pretemporada con Van Gaal por deshacerse del Skonto , tantas pruebas con Celades y Guardiola por encontrar un libre, y el Bar?a se ha despedido de Europa en cuatro partidos.
La ch¨¢chara por la gesta del Bernab¨¦u ha dado paso al silencio por la humillaci¨®n de anoche.
Hay partidos, como el de ayer, que se huelen y dejan huella. El tono funerario se adivin¨® con la simple lectura de la alineaci¨®n. La hinchada no supo ya a qui¨¦n agarrarse cuando se enter¨® de que Luis Enrique hab¨ªa dejado el estadio por un dolor de vientre. Fue como si faltara Ronaldo.
Falto del motor de Luis Enrique, privado de la luz de Lo Pelat, abandonado por Guardiola, dejado de la man¨® de Hesp, el Bar?a no tuvo ni, portero, ni medio centro, ni ariete. Fue un grupo desnaturalizado, despersonalizado, desconectado, descapitalizado, que provoc¨® tanta l¨¢stima que la hinchada opt¨® por ir dejando el campo sin decir ni pio.
Vivir al d¨ªa, sin perspectiva, argumentando que el fin justifica los me dios, provoca grandes desconsuelos. Vuelve el Bar?a al punto de partida. No hay equipo. Los azul grana salieron perdedores de todas las comparaciones con el Dinamo. Cada llegada forastera provoc¨® el temblor del debutante Ba¨ªa, de la misma manera que la -ofensiva barcelonista fue un discurso de impotencia. Parec¨ªa que el Bar?a no supiera jugar al ataque. Dir¨ªase que hoy juega allevar la contraria
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