El regreso a Belfast
Parece el jefe de una banda de maleantes. Un mafioso con traje negro, sombrero negro y las gafas negras, y luego una simple mueca para que la banda de m¨²sicos ejecute con extrema precisi¨®n cada una de sus ¨®rdenes. Esta madrugada (0.26 horas), Canal + ofrece el regreso de Van Morrison a Belfast, la ciudad que lo vio nacer el 31 de agosto de 1945. Los conciertos se celebraron los d¨ªas 2 y 3 de febrero de este a?o en el Waterhall Front, adonde acudi¨® el viejo cascarrabias arropado por 12 m¨²sicos, todos ellos tocados por el mismo concepto: el blanco y el negro. Ah¨ª est¨¢n los agudos de Brian Kennedy para subrayar el vozarr¨®n del jefe, el ¨®rgano de Georgie Fame sobre el que descansan los juegos pian¨ªsticos de Robin Aspland, una impecable secci¨®n de viento perfectamente engrasada, a lo que hay que a?adir la guitarra de Ronnie Johnson, un contrabajo, un bajo el¨¦ctrico y dos bater¨ªas.El concierto lo han bautizado como Back on the corner, que hace alusi¨®n a las primeras estrofas de The healing game, la canci¨®n que titula el ¨²ltimo disco de Van Morrison -"Aqu¨ª estoy de nuevo, de regreso a la esquina..."- y que constituye un rendido homenaje a Belfast. La inmensa voz del m¨²sico irland¨¦s desgrana, sobre todo, canciones de este ¨¢lbum y de otro anterior, Days like this, que incluye la canci¨®n del mismo t¨ªtulo que se ha convertido en el himno oficioso del proceso de paz en Irlanda del Norte.
C¨¦lebre por sus salidas de tono, su mal humor o su obsesi¨®n por la perfecci¨®n, Van Morrison es uno de los nombres de referencia de la m¨²sica blanca que suena como si fuera negra. El soul y el blues est¨¢n incrustados en su garganta, que cuenta cosas como que "hay d¨ªas en que me encuentro en un barco de locos", que dice que s¨®lo somos humanos, ?qu¨¦ m¨¢s podemos hacer sino morder el polvo?" o que se pregunta "si me quieres, ?por qu¨¦ tenemos que estar separados?". Y luego est¨¢ su m¨²sica, que puede aprovecharse tambi¨¦n de los desarrollos del jazz o de las armon¨ªas del pop, pero que siempre tiene el mismo objetivo: producir escalofr¨ªos. En Belfast, una vez m¨¢s, lo consigui¨®.
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