El Madrid se da un fest¨ªn
Buen trabajo ofensivo de los madridistas ante el CSKA
Fue casi de empacho. En su desesperada lucha por suplir su desolador inicio de campa?a europea (cuatro derrotas), el Madrid se puso las botas y confirm¨®, al menos ofensivamente, las buenas vibraciones de estas ¨²ltimas semanas. Apoyados en una eficacia anotadora dif¨ªcil de ver en estos tiempos, los madridistas disfrutaron e hicieron disfrutar, dos cosas que deben ir unidas salvo para los amantes del sufrimiento a trav¨¦s de un trabajo de pico y pala.Como siempre ocurre en estos casos, resulta dif¨ªcil establecer la l¨ªnea que separe y delimite los m¨¦ritos de unos (los que atacan) y los errores de los otros (los que defienden). No pasar¨¢ a la historia la solidez del CSKA en la defensa de su canasta, seguro, pero eso no quita m¨¦rito a un conjunto que se despach¨® con un 65% de acierto en el tiro, cifra nada desde?able por mucho que a los rusos s¨®lo les falt¨® poner una alfombra roja a los madridistas para que entrasen a canasta.
Lo mejor del partido es que parece que el Madrid le ha cogido el aire a la temporada. Superados los efectos perniciosos del conflicto, Arlauckas, la m¨¢quina, se va engrasando. Y al frente se ha colocado Bodiroga. El yugoslavo es un talento creativo y anotador al que para parar hay que conocer sus debilidades. O bien el CSKA no le conoce,o simplemente se equivocaron de cabo a rabo en su marcaje. En vez de darle un poco de distancia se empecinaron en una defensa casi suicida que Bodiroga se hart¨® de superar con su especialidad, la entrada a canasta. En otras. situaciones sus acertados movimientos sin bal¨®n y una habilidad innata para jugar en posiciones cercanas al aro le convirtieron en un jugador imparable. A diferencia de la temporada pasada, el sistema de juego implantado por Mart¨ªn le beneficia y permite que se mueva con mayor libertad liber¨¢ndolo de tareas de construcci¨®n a las que se vio obligado el a?o anterior
Como tambi¨¦n lo es, en su estilo, el CSKA. La avalancha de canastas madridistas hubiesen supuesto la tumba para otro conjunto, pero estos rusos parece que no sienten ni padecen. Parec¨ªa que el Madrid se luc¨ªa, y el CSKA no se alejaba a m¨¢s de seis puntos. Con un juego rudimentario y cl¨¢sico, ese que llevamos viendo d¨¦cadas y en el que no se sabe muy bien qui¨¦n juega de qui¨¦n, donde todos tiran de lejos y que tiene en los ochos (tres jugadores se van pasando el bal¨®n a la mano y trenzando sus movimientos) su m¨¢xima expresi¨®n, plantaron cara hasta la mitad del segundo tiempo. (69-67, minuto 27). Fue entonces cuando el Madrid puso un poco de pasi¨®n en su ejercicio. La defensa se cerr¨®, los rusos fallaron unos triples que antes hab¨ªan metido y el partido se resquebraj¨® definitivamente (85-73, minuto 34).
El Madrid recupera posiciones y lo que es m¨¢s importante, recupera su autoestima. Con la desventaja que acarrean, no hay mejor camino que como dijo Rambo, vivir d¨ªa a d¨ªa.
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