Seudociencia
Imag¨ªnese usted a un f¨ªsico que, en vez de estudiar la estructura general de la materia -o el origen de la fuerza gravitacional- por medio de principios rigurosos y conceptos no ingenuos y sopesados, se dedicara a preguntar a los habitantes de Brooklyn c¨®mo se caen los objetos de su casa, qu¨¦ piensan del movimiento de la l¨¢mpara que pende del techo o c¨®mo se obtienen los colorines del plato sopero. Es probable que tal cient¨ªfico pudiera deducir de las respuestas a esos cuestionarios que hay una f¨ªsica de los negros y, tras paralelas indagaciones, otra de la gente con secuelas de poliomielitis y similares. Muy probablemente, tambi¨¦n una buena parte de los f¨ªsicos modernos no dudar¨ªa en calificar esas conclusiones de irrelevantes, por decirlo de una manera suave.Pues bien, eso, exactamente eso, es lo que hacen Herrnstein y Murray -y sus seguidores provincianos como el profesor Colom de la UAM- cuando elaboran generalizaciones sobre diferencias humanas utilizando conceptos tan sofisticados como "negro", "charlat¨¢n" o "madre soltera", o definen la inteligencia a partir de correlaciones triviales entre actividades de todos los d¨ªas y respuestas estereotipadas a ellas.
Lo que quiero decir, en suma, como firmante de una carta al respecto extensamente mencionada (17 de octubre de 1997) y tambi¨¦n criticada (30 de octubre de 1997) en EL PA?S, es que -como ya demostraron Kamin y otros hace tiempo-, en ocasiones, cuando se hace seudociencia ligera se puede estar simplemente contribuyendo a la difusi¨®n de propaganda socialmente sesgada.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.