Los premios Innobles
Galard¨®n anual en EE UU a los hallazgos cient¨ªficos m¨¢s disparatados
Marc Abrahams, director de la ingeniosa y sat¨ªrica publicaci¨®n The Annals of Improbable Research, de EE UU, ha dedicado su vida a descubrir y sacar a la luz lo mejor de lo peor de la investigaci¨®n cient¨ªfica. En los ¨²ltimos siete a?os, Abrahams ha presidido los Premios Innobles, unos galardones que se conceden anualmente en una brillante y bulliciosa ceremonia en la Universidad de Harvard. Estos premios a lo peorcito rinden homenaje a toda aquella investigaci¨®n tan espantosa, absurda o divertida que nadie se la podr¨ªa inventar.A lo largo de los a?os, los Premios Innobles han sido concedidos a un equipo de psic¨®logos que afirman haber ense?ado a las palomas a distinguir entre los cuadros de Picasso y los de Monet. Otros Innobles han ido a parar a los cient¨ªficos que estudiaron el olor de los pies; a los investigadores que estudiaron por qu¨¦ los cereales del desayuno se reblandecen y a un zo¨®logo que escribi¨® un libro sobre c¨®mo identificar los bichos que se estrellan contra los parabrisas.
Tambi¨¦n fue galardonado el f¨ªsico brit¨¢nico que demostr¨® que la tostada con mantequilla, en efecto, suele caer al suelo por la parte untada as¨ª como a los autores del estudio "Excreci¨®n de la salmonella en cerdos colocados. Los ganadores son seleccionados por Abrahams con la ayuda de cient¨ªficos y escritores especializados en temas relacionados con la ciencia que forman parte del consejo de la publicaci¨®n. Tambi¨¦n se cuenta con "tres desconocidos que fichamos en la calle para que aporten una visi¨®n de la realidad", explica el editor. Las candidaturas llegan por correo, fax y tel¨¦fono desde todas las partes del mundo. Algunos ganadores incluso se han propuesto a s¨ª mismos.
Desde la primera ceremonia de entrega, celebrada en 1991, los Premios Innobles han adquirido categor¨ªa de culto entre los superlistos de EE UU y del extranjero. La ceremonia es presenciada invariablemente por verdaderos ganadores del Premio Nobel, que, por lo general, llevan sombreros absurdos o gafas a lo Groucho Marx y bigotes falsos e interpretan canciones y n¨²meros sat¨ªricos. (William Lipscomb, premio Nobel de qu¨ªmica en 1976, era el premio del concurso "Gane-una-cita-con-un-ganador-del-Nobel" de este a?o).
Abrahams acaba de publicar un libro, The Best of the Annals of Improbable Research, que incluye los ganadores de los Premios Innobles y las situaciones m¨¢s embarazosas de las ceremonias de entrega pasadas. Su lista de grandes ¨¦xitos incluye a los dos m¨¦dicos noruegos que explicaron la Transmisi¨®n de la gonorrea a trav¨¦s de una mu?eca hinchable en la publicaci¨®n cient¨ªfica Genitourinary Medicine. Los doctores narraban c¨®mo hab¨ªan tratado a un capit¨¢n de barco que se hab¨ªa introducido sigilosamente en el camarote de un marinero y hab¨ªa tomado prestada "una pieza de equipo (infectado)". Seg¨²n Abrahams, "fue el primer caso de este tipo relatado en la literatura". Uno de los autores del estudio estaba tan emocionado con su Premio Innoble que se pag¨® su billete desde Oslo para asistir a la ceremonia de entrega. Hizo esta advertencia: "Cuando tienen una cita con una mu?eca hinchable, tienen una cita con todas las personas que se han citado antes con esa mu?eca".
El veterinario Robert L¨®pez de Nueva York es otra de las estrellas del Premio Innoble. En 1994, gan¨® el premio de entomolog¨ªa por recoger ac¨¢ridos en las orejas de los gatos e injertarlos despu¨¦s en sus propias orejas. Cont¨® sus experiencias en The Journal of the American Veterinary Society. Desde entonces, L¨®pez se ha convertido en un incondicional de las ceremonias de los Premio Innobles. El a?o pasado, incluso llev¨® unas galletas que hab¨ªa hecho con langostas.
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