Roma rehabilita el Vittoriano, su monumento m¨¢s odiado
Conocido como "la m¨¢quina de escribir" o "la tarta nupcial", el Altar de la Patria, monumento concluido en 1911 en honor del rey V¨ªctor Manuel II, se convirti¨® desde su inauguraci¨®n en una pesada carga est¨¦tica (quiz¨¢s antiest¨¦tica) para Roma. La Ciudad Eterna, repleta de bellezas arquitect¨®nicas, todas ellas en una arm¨®nica cadencia crom¨¢tica, no ha podido digerir nunca la blancura insultante del m¨¢rmol con el que est¨¢ construido el Vittoriano. Al menos, hasta ahora. Una iniciativa experimental que le ha costado m¨¢s de setenta millones de pesetas a la empresa el¨¦ctrica nacional Enel, inaugurada el domingo con toda la solemnidad que requieren estos actos, se propone rescatar el monumento de las garras de la fealdad con un despliegue de luces cambiantes que brillar¨¢n todas las tardes entre las seis y la una de la madrugada.Francesco Rutelli, alcalde de Roma y aspirante a la reelecci¨®n en las municipales del pr¨®ximo domingo, es uno de los m¨¢s entusiastas defensores de la iniciativa. Desde la tribuna de oradores, el antiguo militante verde anim¨® a los miles de curiosos a reconciliarse con el Vittoriano. "Con esta nueva iluminaci¨®n", dijo Rutelli, "se convertir¨¢ en una cita fija como el cambio de guardia en el palacio de Buckingham".
Arquitectos del Ministerio de Cultura, en colaboraci¨®n con el de Defensa, han dise?ado los 35 puntos estrat¨¦gicos donde van colocadas las luces. Lo primero en iluminarse son los grupos escult¨®ricos en m¨¢rmol, despu¨¦s las fuentes laterales. A partir de las 20.00 horas, el tono de la iluminaci¨®n se aten¨²a, dando paso, a partir de las 22.30, a una nueva configuraci¨®n de luces que pone de relieve el volumen arquitect¨®nico del monumento. La ¨²ltima franja horaria, entre las 23.30 y la una de la madrugada, el Vittoriano queda envuelto en una suave iluminaci¨®n.
La noche del domingo, miles de romanos se acercaron a comprobar en directo los efectos de la luz sobre el odiado y grandilocuente monumento que, entre otros defectos, osa borrar con su mole inmensa la silueta de la colina capitolina.
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