Arrebato m¨ªstico
Si creemos en la opini¨®n por la cual un creador debe ser capaz de mantenemos, con su creaci¨®n, en un estado de constante sorpresa, deber¨ªamos congratularnos de contar entre nosotros con tan insigne escritor como es Mario Vargas Llosa. Yo, que pensaba que tras la lectura de sucesivos art¨ªculos period¨ªsticos hab¨ªa quedado inmunizado contra la palabra dominical de Mario Vargas Llosa, debo felicitarle porque el pasado domingo 2 de noviembre mi capacidad de sorpresa -y de indignaci¨®n- volvi¨® a ser sobrepasada. Siguiendo con sus palabras -en el sentido de situar ciertas teor¨ªas en el terreno del dogma de fe m¨¢s que en el de lo constatable y contrastable-, lo de Vargas Llosa respecto al neoliberalismo sobrepasa lo religioso: ante su incondicional defensa del modelo socioecon¨®mico anglosaj¨®n deber¨ªamos pensar no ya en s¨ªntomas de fe, sino en un arrebato m¨ªstico.S¨®lo dejar¨¦ algunas pinceladas oscuras del milagro anglosaj¨®n: en EE UU, mientras las cifras oficiales ofrecen un 4,8% de desempleo (unos seis millones y medio de desempleados), diversos expertos -nada sospechosos de contubernio- barajan cifras superiores en varios millones. Seg¨²n la central sindical AFL-CIO, si incluy¨¦ramos a los trabajadores que, desanimados, abandonan la b¨²squeda de empleo, y a los no pocos obligados a aceptar trabajos a tiempo parcial, insuficientes para la propia subsistencia, el paro real se situar¨ªa en m¨¢s de doce millones de desempleados. Adem¨¢s, casi cuarenta millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza en la tierra de las oportunidades. En el caso del Reino Unido, modelo cercano al norteamericano, la oficina de estad¨ªsticas de la UE presenta una cifra cercana a los 13 millones de pobres -el 22% de la poblaci¨®n-, siendo adem¨¢s el pa¨ªs europeo con un mayor n¨²mero de ni?os viviendo en hogares pobres (casi cuatro millones de menores de 16 a?os, el 32% del total).
Si ¨¦ste es el modelo de relaciones sociales y econ¨®micas que el se?or Vargas Llosa desea para nuestras naciones y piensa persistir en su defensa vocacional del mismo, rechazando aquellas voces que intentan ofrecer soluciones alternativas, m¨¢s nos valdr¨ªa que su pluma enmudeciera, aun a costa de perder a un gran escritor.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.