Jap¨®n descubre el ordenador
El pa¨ªs exportador por antonomasia se suma con retraso a la era de la inform¨¢tica
Los japoneses no vienen al mundo con un ordenador bajo el brazo. Para sorpresa de quienes visitan el pa¨ªs por primera vez, Jap¨®n -potencia exportadora de ordenadores por excelencia- tiene un bajo ¨ªndice de informatizaci¨®n. Seg¨²n un reciente estudio publicado por el diario Asahi Shimbun, apenas un 12% de la poblaci¨®n japonesa dispone de ordenador personal, una cifra muy parecida a la de Espa?a, pero muy por debajo del 30% que supera Estados Unidos y al que se acerca Finlandia. Es una m¨¢s de las paradojas que produce el peculiar matrimonio de tradici¨®n y modernidad que conforma la sociedad nipona."Tenemos aversi¨®n al teclado", explica Osamu Aridome, responsable de desarrollo informativo de Microsoft Jap¨®n. "Debido a la complejidad de nuestro sistema de escritura [que mezcla los ideogramas chinos con dos silabarios de car¨¢cter fon¨¦tico], no hemos usado m¨¢quinas de escribir y, posteriormente, se ha tardado mucho tiempo en desarrollar programas que permitan el uso de los caracteres chinos. As¨ª que cuando finalmente hemos podido ponernos al frente de un ordenador, nos ha dado miedo el teclado"'.
Los parlamentarios a¨²n siguen votando por el sistema tradicional de depositar la papeleta en una urna. Ninguna de las dos C¨¢maras de la Dieta dispone de un sistema electr¨®nico de votaci¨®n. Hace apenas un a?o que los PCs se han generalizado en ministerios y organismos oficiales. Algunos funcionarios a¨²n escriben sus informes a mano. En el propio Asahi Shimbun, las tareas de paginaci¨®n no la realizan los redactores sino que requieren de un operador inform¨¢tico."La gente es muy conservadora", explica Mikio Wakatsuki, presidente del Instituto Japon¨¦s de Investigaci¨®n, un centro de reflexi¨®n y debate patrocinado por el grupo Sumitomo. "Aunque hay tambi¨¦n una influencia pol¨ªtica", a?ade, "nadie quiere ser s¨®lo un mero pulsador de botones: se trata de una cuesti¨®n de prestigio".
Este recelo que manifiestan los japoneses hacia pantallas y teclados contrasta abiertamente con el alto grado de automatizaci¨®n de las f¨¢bricas de coche y otros bienes de consumo. Tal como revela una simple visita a una de las cadenas de montaje de Toyota -empresa que es el primer fabricante de autom¨®viles japon¨¦s-, la rob¨®tica ha adquirido un desarrollo extraordinario. Adem¨¢s las empresas de productos electr¨®nicos realizan grandes inversiones en la investigaci¨®n de nuevas tecnolog¨ªas.
Sea como fuere, empiezan a apreciarse algunos signos de cambio. Las nuevas generaciones han adoptado con naturalidad las ¨²ltimas tecnolog¨ªas y en la actualidad no hay universitario que no disponga de correo electr¨®nico ni quincea?era sin tel¨¦fono m¨®vil.
"Incluso hay empleados j¨®venes que llevan su propio ordenador al trabajo", relata Bernard Krisher, un periodista estadounidense ya jubilado, con 35 a?os de residencia en Jap¨®n. "Est¨¢n empezando lentamente, pero a¨²n no se encuentra generalizado; ¨²nicamente la gente joven, los veintea?eros, tiene inter¨¦s por los ordenadores o Internet", asegura Krisher, que es un apasionado de las nuevas tecnolog¨ªas.
Muchas empresas han comprendido sin embargo la importancia de no perder ese tren, y en consecuencia prosperan estos d¨ªas los negocios dedicados a la confecci¨®n de p¨¢ginas informativas y publicitarias para la gran red mundial. Los directivos de las grandes corporaciones pagan con generosidad por un producto que no terminan de entender y, muy seguramente, jam¨¢s consultar¨¢n.
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