Los males de la opacidad
El juicio del caso Arny est¨¢ sufriendo todos los males de las vistas a puerta cerrada. Si este escabroso caso se inici¨® bajo el manto del secreto sumarial, las listas ap¨®crifas o reales de implicados, los n¨²meros que acusaban y una especie de caza de brujas a la homosexualidad, la opacidad del juicio lo ha llevado a oscilar entre el aparente montaje policial denunciado en los primeros d¨ªas a la confirmaci¨®n por parte de seis testigos (cada uno con su matiz) de que en el Arny, El 27 y El Valentino se prostitu¨ªan menores, eso s¨ª, por su cuenta y riesgo.
La vista ha adolecido desde el principio de lo que ayer mismo le achacaba en la Cadena SER el fiscal jefe de Sevilla, Alfredo Flores: ha sido pasto de las filtraciones interesadas y de la t¨¦cnica de los defensores de acercar lo m¨¢s posible el ascua a su sardina. De esta forma, la completa retractaci¨®n del denunciante del caso, el llamado testigo n¨²mero 1, televisivamente conocido como Eduardo, y del n¨²mero 2, llevaron a la ciudadan¨ªa la idea de que el Grupo de Menores hab¨ªa ideado un gran esc¨¢ndalo con el s¨®lo objetivo de tapar "el caso GAL o Barrionuevo", tan de moda.
Incluso ha habido acusados que han asegurado que todo es una gran confabulaci¨®n de intereses econ¨®micos, en la que se mezclan inmobiliarias, multinacionales del juego y altos responsables pol¨ªticos y policiales. Sin embargo, las declaraciones de los ¨²ltimos cuatro testigos y, sobre todo, la que ayer prest¨® el n¨²mero 10 ha reconducido de nuevo el caso Arny al cauce del esc¨¢ndalo.
El fiscal Flores parec¨ªa ayer seguro de que el juicio iba por esos derroteros, cuando afirm¨® que si los acusados estaban en el sumario no era por capricho. Si est¨¢n, por algo ser¨¢, vino a decir el m¨¢ximo responsable de la fiscal¨ªa de Sevilla.
Pero mientras tanto, ha sido tambi¨¦n la sala con su decisi¨®n de mantener la puerta cerrada -muy criticada por la fiscal¨ªa- la que ha dado pie al lucimiento de las estrategias de abogados defensores.
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