El disidente Wei enviaba cartas cr¨ªticas desde prisi¨®n a los dirigentes de Pek¨ªn

Durante los a?os que estuvo encarcelado Wei Jingsheng, el disidente chino de 47 a?os puesto en libertad el domingo, practicaba a menudo un juego peligroso: escrib¨ªa cartas a los m¨¢s altos l¨ªderes chinos para provocarles y ridiculizarles. Y ello a pesar de sus sufrimientos, de las largas ¨¦pocas que pasaba en aislamiento forzoso y de sus huelgas de hambre.

De una manera muy graciosa y profundamente impertinente, Wei desafi¨® a los l¨ªderes a vivir lo que predicaban. Invoc¨® tambi¨¦n sus derechos bajo la Constituci¨®n china, como el de la libertad de expresi¨®n... Citando las obras cl¨¢sicas del Partido Comunista Chino, Wei, siempre lleno de sugerencias sutiles y c¨¢usticas observaciones pol¨ªticas, identificaba y se re¨ªa de los defectos de un r¨¦gimen autoritario. Era como pedir m¨¢s castigo.

Wei parece un hombre siempre activo, incluso cuando estaba encarcelado, como lo estuvo durante 18 a?os. En sus cartas, que cuentan su vida en la c¨¢rcel, obstinada pero correctamente rechaz¨® las peticiones de su familia de que no se significara y evitara los problemas, como hace la gente normal. Pero Wei no era una persona normal.

Tras servir tres a?os en el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n, y trabajar como electricista en el zoo de Pek¨ªn, Wei, hijo de dos funcionarios comunistas, se uni¨® a los j¨®venes que se citaban ante el Muro de la Democracia en Pek¨ªn, que durante unos meses en 1979 se convirti¨® en un foro para la discusi¨®n pol¨ªtica. ?l desencaden¨® una reacci¨®n cuando coloc¨® un escrito titulado La Quinta Modernizaci¨®n: la Democracia". Insist¨ªa en que China nunca pod¨ªa modernizarse del todo sin reformas pol¨ªticas y econ¨®micas.

El l¨ªder m¨¢ximo, Deng Xioping, dej¨® que floreciera el Muro de la Democracia durante unos meses para expresar el descontento con el sistema autoritano de gobierno en China, pero una vez que le hab¨ªa ayudado a quitarse de encima a sus rivales por el poder, acab¨® derrib¨¢ndolo.

Deng, dictador

En marzo de 1979, entre rumores sobre medidas en¨¦rgicas para acabar con el activismo pol¨ªtico, Wei continu¨® con su actitud desafiante y escribi¨® un cartel en el que acusaba directamente a Deng de ser un dictador, una acci¨®n que muchos creen que le gan¨® la enemistad personal del l¨ªder. Detenido poco despu¨¦s, Wei fue condenado a 15 a?os.Durante los siguientes 14 a?os y medio, fue un prisionero de los campos de trabajo de China, con largas ¨¦pocas de confinamiento en solitario. A pesar de las horrorosas condiciones en los remotos campos, Wei sigui¨® enviando con frecuencia cartas de protesta a los l¨ªderes chinos. Estas cartas han sido publicadas en el libro The Courage to Stand Alone: Letters from Prison and Other Writings. En 1989, tras el aplastamiento de las protestas en la plaza de Tianamen, Wei escribi¨® a Deng y le acus¨® de ser "precisamente el idiota capaz de hacer algo tan est¨²pido como eso".

En 1993, con Pek¨ªn en plena campana para ganar la organizaci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos del 2000, los l¨ªderes chinos decidieron liberarle seis meses antes del final de su condena. Una vez fuera, ignor¨® las advertencias de que no se reuniese con periodistas extranjeros o que escribiese sobre asuntos pol¨ªticos. En noviembre de 1995, fue juzgado acusado de intentar derrocar al Gobierno chino, declarado culpable y condenado a otros 14 a?os de c¨¢rcel.