Cultura del espect¨¢culo
Las quejas, sugerencias u observaciones que suelen plantear los lectores sobre temas de cultura se reducen b¨¢sicamente a dos. Hay quienes cuestionan el car¨¢cter cultural de algunas de las informaciones que aparecen en la secci¨®n de Cultura y Espect¨¢culos. Y los hay que no ven claro los criterios por los que se decide ubicar una determinada informaci¨®n en las p¨¢ginas espec¨ªficas de Cultura y no en las de Espect¨¢culos, o viceversa.,Estas preocupaciones est¨¢n recogidas en la queja de un lector de Madrid, Juan W. Krakenberger, respecto de dos noticias publicadas el pasado d¨ªa 7 de octubre en la secci¨®n de Cultura y Espect¨¢culos. "Veamos", afirma el lector, "Las rockeras aguerridas, en las p¨¢ginas de Cultura; la Filarm¨®nica de Berl¨ªn, en las de Espect¨¢culos. Yo paso verg¨¹enza ajena cuando veo eso. Me explico: una rockera con talento para el show-business puede aprender su oficio en dos o tres a?os, o aun menos. Sus reivindicaciones feministas son m¨¢s bien asuntos que. pertenecen a las p¨¢ginas de Sociedad. Ganarles terreno a los rockeros no las convierte en s¨ªmbolo cultural. El que cree eso no sabe lo que es cultura, pero tal vez sea v¨ªctima de una deficiente formaci¨®n. La Filarm¨®nica de Berl¨ªn, junto a los toros (en tiempos de Franco, el c¨®digo clasificador de profesionales para la licencia fiscal era el mismo para toreros y m¨²sicos). Cada m¨²sico de la Filarm¨®nica tiene una formaci¨®n de por lo menos quince a?os, pero probablemente m¨¢s al tratarse precisamente de esa orquesta. ?D¨®nde est¨¢ el espect¨¢culo, d¨®nde la cultura?".
El lector plantea, sin duda, cuestiones de fondo sobre qu¨¦ es y qu¨¦ debe entenderse por cultura en estos tiempos, as¨ª como sobre su tratamiento en un medio de comunicaci¨®n. En primer, lugar, conviene precisar que en EL PA?S la secci¨®n de Cultura y Espect¨¢culos es una, es decir, no se trata de dos secciones yuxtapuestas. Luego distinguir entre informaciones estrictamente culturales y de espect¨¢culos en su interior es un tanto artificioso. Es importante tenerlo en cuenta. El que una, informaci¨®n aparezca publicada en las p¨¢ginas de Cultura o en las de Espect¨¢culos no aumenta ni disminuye su dimensi¨®n cultural. Este criterio hay que aplicarlo al caso de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn. La ubicaci¨®n de las informaciones en el interior de la secci¨®n de Cultura y Espect¨¢culos depende, como sucede con las otras secciones del peri¨®dico, de varios factores: criterios de valoraci¨®n, que a veces pueden no ser acertados, material informativo existente en el d¨ªa, espacio disponible, etc¨¦tera.
Pero tambi¨¦n sucede en ocasiones que informaciones que se publican en la secci¨®n de Cultura y Espect¨¢culos podr¨ªan serlo tambi¨¦n en otra secci¨®n. Este supuesto, por lo dem¨¢s, es com¨²n a aquellas secciones que tienen una contig¨¹idad informativa. Hay noticias que por su contenido est¨¢n a caballo de dos o incluso de varias secciones. Es posible, como considera el lector, que el reportaje sobre Las rockeras aguerridas, en cuanto refleja la lucha de las mujeres por abrirse camino en un mundo musical presuntamente dominado por los hombres, tuviera un hueco en la secci¨®n de Sociedad. Pero su publicac¨ª¨®n en la de Cultura y Espect¨¢culos es coherente con la incuestionable dimensi¨®n cultural de la actividad de este grupo musical. Las dudas o los problemas de espacio son tambi¨¦n causa de que una informaci¨®n que tiene un contenido cultural se publique en una secci¨®n distinta de la de Cultura y Espect¨¢culos. La presentaci¨®n de un libro es un acto cultural -su lugar apropiado ser¨ªa la secci¨®n de Cultura y Espect¨¢culos- pero puede publicarse en la secci¨®n de Econom¨ªa, en la de Espa?a o en la de Sociedad de acuerdo con el contenido- econ¨®mico, pol¨ªtico,, etc¨¦tera- del libro en cuesti¨®n.
La responsable de Cultura y Espect¨¢culos, Angeles Garc¨ªa, explica muy bien la evoluci¨®n habida en el concepto de cultura, as¨ª como los criterios que se manejan en la secci¨®n a la hora de valorar las informaciones. Sobre el primero, afirma: "A estas alturas del siglo, y m¨¢s en concreto desde la irrupci¨®n y consolidaci¨®n de la televisi¨®n como el m¨¢s potente medio de, difusi¨®n informativa, la cultura ha sufrido notables ttansformaciones. La llamada industria audiovisual, soporte de ese tipo de cultura, tiene una influencia cada- vez mayor, algo que un diario no puede ignorar. El rock, como el cine, el c¨®mic, la moda y tantas otras cosas, forma parte ya de la cultura. Podr¨¢ gustar o no, pero dific¨ªlmente se podr¨¢ silenciar. ?Por qu¨¦ un concierto de los tres tenores, por ejemplo, es m¨¢s cultura que un concierto de Bob Dylan o los U2?". Y en cuanto a los criterios de valoraci¨®n, el fundamental, se?ala ?ngeles Garc¨ªa,"es abrir las p¨¢ginas de la secci¨®n con la noticia que, entendemos, ocupa el centro de la actualidad de ese d¨ªa. Puede ser rock and roll, jazz, teatro, una entrevista con Spielberg, el hallazgo de unos restos arqueol¨®gicos, un nuevo museo o el estreno del ¨²ltimo ballet de Joaqu¨ªn Cort¨¦s. Tratamos de ofrecer a los lectores toda la informaci¨®n posible sobre los mundos de la cultura y los espect¨¢culos, unos mundos que hace tiempo son complementarios y, con frecuencia, uno solo".
?D¨®nde est¨¢ la cultura, d¨®nde el espect¨¢culo?, pregunta el lector como resumen de su queja. Pues, seg¨²n lo dicho, no es f¨¢cil delimitar los campos en que se sit¨²an una y otro, dada la interconexi¨®n existente en nuestros d¨ªas entre cualquier tipo de manifestaci¨®n cultural, incluida la literaria, y el campo de influencia de- los medios de comunicaci¨®n, en. especial el televisivo. En todo caso, si existen diferencias, la l¨ªnea divisoria es frecuentemente tan sutil que de hecho se confunden. Y es que la cultura moderna se ha convertido en gran medida en una cultura del espect¨¢culo.La obra de Isaiah Berfin
Las obras de Isaiah Berlin
Las obras de Isaiah Berlin traducidas al espa?ol son m¨¢s numerosas que las rese?adas en la nota bibliogr¨¢fica que acompa?aba a los diversos art¨ªculos sobre este pensador brit¨¢nico publicados el d¨ªa 7 de noviembre en la secci¨®n de Cultura a ra¨ªz de su fallecimiento en Oxford. La nota se olvidaba de las traducciones hechas por editoriales latinoamericanas y s¨®lo se refer¨ªa, por lo dem¨¢s de manera incompleta, a las publicadas en Espa?a. No es, pues, escasa la bibliografia en espa?ol de Isaiah Berlin como se afirmaba. Ezequiel M¨¦ndez, gerente del Fondo de Cultura Econ¨®mica en Espa?a entre 1974 y 1983, cita las siguientes obras de Berlin traducidas por la citada editorial mexicana: Contra la corriente, Ensayos sobre la historia de las ideas; Conceptos y categorias, Ensayos filos¨®ficos, Pensadores rusos, e Impresiones personales. Por otra parte, la editorial argentina Nueva Visi¨®n public¨® una traducci¨®n en espa?ol de Historical inevitability (Lo inevitable en la historia) poco despu¨¦s de su aparici¨®n en 1955. Es posible, en todo caso, que estas traducciones no tuvieran una comercializaci¨®n adecuada en Espa?a y ello explique el tenor de la nota.Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensor elpais.es), o telefonearle al n¨²mero (91) 3377836.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.