Calvi? aspira hoy al trofeo a la ciudad europea que m¨¢s cuida su entorno
La alcaldesa derrib¨® 14 hoteles y descalific¨® un total de 1.348 hect¨¢reas urbanizables
El Ayuntamiento de Calvi¨¢ (Mallorca) asiste hoy en Bruselas a una ceremonia especial: la entrega del premio a la mejor ciudad sostenible de Europa, de manos de la comisaria de Medio Ambiente, Ritt Bjerregaard. Tras la dura batalla entablada por su alcaldesa, Margarita N¨¢jera, Calvi¨¢ tiene muchas bazas para lograr el trofeo. Hace poco estuvo a punto de ser borrada como primer destino tur¨ªstico europeo por su urbanismo y el desprecio del Consistorio a su entorno. Para borrar su mala imagen, N¨¢jera ech¨® abajo 14 hoteles con Goma 2 y 1 descalific¨® 1.348 hect¨¢reas de suelo urbanizable.
Coraje no le falta a esta vizca¨ªna convertida en alcaldesa de Calvi¨¢ por un azar amoroso. En 1974, su padre pens¨® celebrar las buenas notas de una hermana con una invitaci¨®n familiar a Las Palmas de Gran Canaria, pero volvi¨® de la agencia de viajes con unos billetes a Palma de Mallorca. En este viaje, Margarita N¨¢jera conoci¨® -a su actual marido, y desde entonces es ciudadana balear. "Por eso digo siempre que mi relaci¨®n con Mallorca es una relaci¨®n de amor", afirma en un par¨¦ntesis de su ajetreada agenda.De la mano de su esposo se introdujo en el sindicalismo y la pol¨ªtica, hasta convertirse en primera teniente alcalde de Calvi¨¢. Gan¨® por mayor¨ªa absoluta la alcald¨ªa en 1991, y esa circunstancia, unida a los intentos de comprar a un concejal de sus filas socialistas por cuenta del PP, llev¨® al municipio a la fama por el caso Calvi¨¢.
Hoy ser¨¢ noticia por un motivo bien distinto. La batalla desplegada en 1983 por su antecesor y, a partir de 1991, por la alcaldesa N¨¢jera recibe su recompensa en Bruselas, donde es firme candidata (entre 80 ciudades europeas, siete de ellas espa?olas) a recibir el trofeo a la Ciudad Sostenible Europea 1997 en el sal¨®n g¨®tico del Ayuntamiento, en la Grand Place.
El tr¨¢nsito hasta lograr esta distinci¨®n no ha sido f¨¢cil. En los anos cuarenta, Calvi¨¢ era una poblaci¨®n de tintes medievales, con 3.000 habitantes sin grandes horizontes y dependientes de una agricultura de subsistencia, incapaz de darles de comer. Muchos de ellos emigraron a Cuba, Francia o Argelia.
Ahora tiene 30.000 habitantes y en verano alcanza los 250.000. Recibe dos millones de turistas al a?o y ocupa los primeros puestos de renta per c¨¢pita del pa¨ªs, con un porcentaje de poblaci¨®n femenina ocupada del 50%, la m¨¢s alta de Espa?a.
Todo arranca del descubrimiento de Mallorca como foco tur¨ªstico y la conversi¨®n de sus pobres tierras agr¨ªcolas en suelo vulnerable a la plantaci¨®n de torres hoteleras sin ning¨²n orden ni concierto planificador.
La eclosi¨®n constructora permit¨ªa colocar una plaza tur¨ªstica por cada 30 metros cuadrados, aunque fuera sobre dunas, el frente mar¨ªtimo o las torrenteras. Y ante el mero anuncio del Ejecutivo balear de elevar ese ¨ªndice a los 60 metros en 1987, el consistorio fue literalmente invadido por colas de promotores con proyectos bajo el brazo para conseguir las licencias, antes de que la medida se hiciera firme. El Ayuntamiento cerr¨® la puerta y suspendi¨® las licencias. Se produjo un gran esc¨¢ndalo.
N¨¢jera fich¨® a un equipo de urbanistas encabezado por Fernando Prats, quienes trasladaron al municipio el esp¨ªritu de la Cumbre de R¨ªo, contenido en la Agenda Local 21. Un consenso trabajado tras intensas discusiones con los empresarios, sindicatos y organizaciones sociales ha desembocado en un nuevo plan urban¨ªstico revoluciorio que reduce a un tercio la edificabilidad y pone en marcha iniciativas estructurales en un territorio de 145 kil¨®metros cuadrados de superficie, 56 kil¨®metros de litoral y 12 n¨²cleos urbanos: Palma Nova, Magaluf, Illetes, Portals Nous, Santa Ponsa y Peguera, entre otros.
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