Miquel Barcel¨® recoge f¨®siles en la Patagonia
El pintor expone su ¨²ltima obra en Madrid tras un viaje "muy excitante" a Argentina
El pintor Miquel Barcel¨® (Felanitx, Mallorca, 1957) presenta esta tarde en la galer¨ªa Soledad Lorenzo, de Madrid (Orfila, 5), un conjunto de pinturas de gran formato realizadas en los dos ¨²ltimos, a?os. Son cuadros verdes, paisajes submarinos, estanter¨ªas, y sobre su superficie se rastrean higos, limones, alcachofas, cebollas. El artista acaba de realizar, con motivo de una exposici¨®n en Buenos Aires, un viaje de 4.000 kil¨®metros en tres semanas por la Patago nia. "Hay muchos f¨®siles y dinosaurios. Es muy ¨²til para un pintor trabajar con f¨®siles. El terreno tiene grandes depresiones con estratos de cien millones de a?os, donde en un mil¨ªmetro est¨¢ toda la historia del arte occidental".
Barcel¨® piensa llevar la Patagonia a su taller de Par¨ªs o incorporar la Patagonia a sus territorios, como los estudios de Par¨ªs o Farrutx, en Mallorca, o las tierras africanas de Mali. En la inmensidad pateada por Bruce Chatwin le han ofrecido para pintar un terreno de la misma superficie que la isla de Mallorca" con 50.000 ovejas."Patagonia es muy potente y muy excitante. Te encuentras con los mismos personajes de Chatwin. All¨ª hay muchos f¨®siles y restos de dinosaurios y para un pintor es ¨²til meditar sobre el tiempo y la historia del arte". Tambi¨¦n se ha entusiasmado con el escritor Bioy Casares y la ciudad de Buenos Aires, que compara a los a?os de la movida madrile?a, tras las elecciones ganadas por la oposici¨®n y el triunfo del Boca Juniors. "No me de sagrad¨® pero me fui enseguida a la Patagonia".
Es posible que los f¨®siles aparezcan en sus pr¨®ximas telas, enterrados en la t¨¦cnica mixta sobre ¨®leo. En los grandes lienzos que presenta esta tarde en Madrid -el precio llega a los 18 millones de pesetas- hay cuadros verdes donde la mirada puede identificar higos, alcachofas, coliflores, limones o cebollas, que el pintor llama "pinturas para llorar". El pintor se ha reservado dos para su propia colecci¨®n. En el montaje no se han podido incluir los dibujos y en esta ocasi¨®n, por falta de tiempo, ha sustituido el texto del cat¨¢logo por las hojas de un cuaderno de dibujos.
"Me encantar¨ªa que la superficie ¨²ltima saliera a la primera intenci¨®n, pero no lo consigo y hay muchas cosas dentro. Tampoco tengo un sistema determinado, ya que pinto varios cuadros a la vez. Pinto en el suelo, por lo que es una visi¨®n a¨¦rea, de arriba abajo. Los modelos suelen estar dentro del cuadro, es como un tomatismo, si el modelo fueran tomates, ya que es una especie de pintura que crece con las capas del modelo. Ah¨ª dentro est¨¢ el primer corte de la alcachofa, con sus partes oxidadas".
Barcel¨® dice que es todo lo contrario a la realidad virtual. "La pintura es otra cosa. Son muy interesantes los nuevos medios, pero no me fascinan por ellos mismos. La pintura es la sencillez del hecho y no ha cambiado tanto desde Altamira. La fascinaci¨®n por la tecnolog¨ªa es un error en que caemos con fre -cuencia, como ocurri¨® con el video, que se dec¨ªa iba a acabar con la pintura. Est¨¢ bien que la pintura pueda utilizar estos errores para alimentarse y es ¨²til para poder reconsiderar lo que es y su relaci¨®n con el mundo, con las cosas. Intento que la pintura est¨¦ dentro del cuadro y pueda hablar de las cosas que hay a mi alrededor, independientemente de mi voluntad. En ?frica me ha pasado con el trabajo de las termitas en mis papeles, como se puede ver en los dibujos, y en la Patagonia me puede pasar con el viento y el polvo".
El tiempo
Barcel¨® pinta "sobre la vida y la muerte" y reconoce que el tiempo es una constante en su trabajo. "Empiezo a darme cuenta. Nunca pinto la muerte como es pantap¨¢jaros. En ?frica estoy rodeado de calaveras, que incluso colecciono. Siempre me he alimentado de la cultura europea y cuando pensaba que hu¨ªa de ella no lo pod¨ªa conseguir, cuando iba cargado de libros de Shakespeare y Lowry. Sigo siendo un producto de esta cultura". Para saber lo que es la pintura, Barcel¨® dice que va todas las ma?anas al taller. "Por eso pinto, para saber las cosas m¨¢s profundas. Lo importante es lo que no se puede decir sobre la pintura". A sus 40 a?os, la mitad de ellos en la pintura, Barcel¨® dice que trabaja con un sistema nada calculado, "que siempre me sorprende". "Me gusta ver estos cuadros porque ya no los pintar¨¦ pero tengo mucho m¨¢s inter¨¦s por lo que voy a hacer que por las cosas anteriores".
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