Rambo se fuga de la c¨¢rcel de Vigo por la puerta principal
Una fuga cl¨¢sica de pel¨ªcula. Alfredo S¨¢nchez Chac¨®n, Rambo, y Saturnino Cerezo Cancelas, Canceli?as, dos peligrosos delincuentes, lograron evadirse el martes de la c¨¢rcel de Vigo y cruzar a Portugal entre tiros de la Guardia Civil. Tras simular una pelea para desviar la atenci¨®n de los funcionarios y utilizar unas s¨¢banas trenzadas para descolgarse por los muros, ambos individuos salieron por la puerta principal del penal aprovechando in extremis que acababa de entrar un funcionario y que el mecanismo de cierre retardadado todav¨ªa no se hab¨ªa completado.
La c¨¢rcel de Vigo est¨¢ dividida en dos ¨¢reas. En la primera, seg¨²n se accede por la puerta principal, en torno a un patio se levantan las residencias de los guardias destinados en la prisi¨®n y los servicios administrativos. La parte interior, separada por un muro, constituye la prisi¨®n propiamente dicha, ocupada por 170 internos, la mayor¨ªa preventivos.Unos 140 reclusos, los que requieren m¨¢s vigilancia, se aprietan en uno de los dos pabellones de dos plantas del recinto carcelario, rodeado por una especie de foso que forman las paredes exteriores de los pabellones y el muro de la c¨¢rcel. Cerezo Cancelas y S¨¢nchez Chac¨®n, antiguo soldado de ¨¦lite de los Cuerpos de Operaciones Especiales (COES), se descolgaron hasta, ese foso con s¨¢banas trenzadas, para lo cual antes debieron de forzar las rejas que protegen las ventanas exteriores del pabell¨®n.
Eran las siete de la tarde del martes. Para concitar la atenci¨®n de los funcionarios y facilitar la fuga, otros dos internos simularon una trifulca en la sala de televisi¨®n. El foso al que cayeron Rambo y Canceli?as, de unos tres metros de ancho, dispone de torretas de vigilancia en cada uno de sus cuatro ¨¢ngulos, pero ninguno de los funcionarios se percat¨® de la presencia de los fugados.
Tampoco se ha aclarado c¨®mo pudieron ambos pasar de ese recinto de seguridad al primer patio de la c¨¢rcel. S¨®lo caben dos posibilidades: escalando el muro que divide las dos ¨¢reas del recinto, de unos ocho metros de altura, o vali¨¦ndose de alguna artima?a para burlar la vigilancia en la ¨²nica puerta que comunica ambas ¨¢reas.
Una vez en el primer patio del complejo penitenciario, ambos permanecieron un tiempo agazapados, con la puerta principal a la vista. Esta puerta,con un mecanismo de apertura y cierre retardado, se abri¨® para que entrara un funcionario. Antes de que acabara de cerrarse, Rambo y Canceli?as aprovecharon para saltar a la calle.
Apenas tuvieron que andar unos metros para llegar a un paso de peatones, donde un BMW estaba detenido ante un sem¨¢foro en rojo. Sacaron por la fuerza al conductor y escaparon por la autov¨ªa, con direcci¨®n a Portugal.
No utilizaron el paso fronterizo m¨¢s pr¨®ximo, el de Tui-Valen?a, a unos 25 kil¨®metros de la c¨¢rcel. Abandonaron la autov¨ªa a unos 15 kil¨®metros y buscaron la frontera por un ramal secundario pese a que sumaba a su escapada m¨¢s de 30 kil¨®metros, hasta Salvaterra. En el puente internacional de esta poblaci¨®n ya les estaba esperando la Guardia Civil.
Los dos fugitivos hicieron caso omiso al alto. Saturnino Cerezo, que conduc¨ªa el coche robado, apret¨® el acelerador. Los guardias civiles dispararon, pero no consiguieron detener el coche, que cruz¨® el puente y se perdi¨® en Portugal, donde ahora es buscado por la polic¨ªa de ese pa¨ªs.
Instituciones Penitenciarias ha abierto una informaci¨®n reservada para aclarar las circunstancias en que se produjo la fuga de los dos presos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.