El gueto marginal de Boetticher "okupa" los cuarteles de Daoiz y Velarde
Los inmigrantes expulsados a principios de noviembre de la f¨¢brica abandonada de Boetticher y Navarro (Villaverde) han encontrado acomodo en los antiguos cuarteles de Daoiz y Velarde (Retiro). El nuevo asentamiento de este grupo marginal, compuesto por unos 50 africanos (liberianos, angole?os y nigerianos), corresponde a un terreno municipal de 23.000 metros cuadrados, situado en plena avenida de la Ciudad de Barcelona.El Ayuntamiento de Madrid plane¨® convertir esta vieja Maestranza de Artiller¨ªa, una de las zonas con m¨¢s futuro del distrito, en un polideportivo y un ¨¢rea comercial. Para ello sac¨® a mediados del a?o pasado un concurso, por 3.000 millones, que finalmente qued¨® desierto. Los inmigrantes, ahora, han mostrado m¨¢s inter¨¦s que los empresarios por este recinto protegido. No en balde conocen bien esta zona de Retiro.
Fue precisamente all¨ª donde en mayo de 1993, al ser expulsados de las naves ferroviarias del denominado Cerro de la Plata, emprendieron su particular migraci¨®n urbana. Sin techo en Madrid, buscaron refugio bajo el puente de M¨¦ndez ?lvaro, un inh¨®spito lugar situado a unos 100 metros de su anterior poblado y muy cercano a los cuarteles de Daoiz y Velarde.
Este asentamiento, considerado el m¨¢s s¨®rdido de la capital, fue abandonado en agosto de 1996 tras un incendio. Su siguiente morada la encontraron en la antigua f¨¢brica de Boetticher y Navarro (Villaverde). Pero en la madrugada del pasado 7 de noviembre nuevamente un incendio y una orden municipal de desalojo por "insalubridad" les oblig¨® a recoger sus escasas pertenencias. Recalaron entonces en otra f¨¢brica de Villaverde.
De esta ruinosa nave, ubicada en la calle de Lenguas y muy pr¨®xima a la de Boetticher, fueron desalojados el martes pasado por orden judicial y con presencia de la polic¨ªa. La medida cont¨® con la aquiescencia del Ayuntamiento.
Por cuarta vez desde 1993 hab¨ªan perdido su morada, pero no dur¨® mucho su situaci¨®n de desamparo. El mismo martes, seg¨²n fuentes policiales, dirigieron sus pasos a los cuarteles de Daoiz y Velarde, donde ya algunos inmigrantes, en anteriores desalojos, se hab¨ªan asentado. Su vuelta al distrito de Retiro cierra, por el momento, un ciclo de migraci¨®n detr¨¢s del que siempre ha aparecido, junto al malestar vecinal, la mano expulsora del Ayuntamiento y los jueces. Un rechazo que contrasta con las mis¨¦rrimas condiciones de vida en las que estos inmigrantes (en su mayor¨ªa ilegales) se han visto inmersos. PASA A LA PAGINA 3
Interior lanza un plan para conocer la nacionalidad de los inmigrantes y expulsarlos
VIENE DE LA P?GINA 1 En su peregrinar por la ciudad, este grupo de inmigrantes africanos (a los que con el tiempo se sumaron una decena de proxenetas y prostitutas espa?oles) ha erigido su morada en los lugares m¨¢s s¨®rdidos. Sin agua, sin luz, sin apenas ayuda social, sus asentamientos han constituido un vertiginoso descenso a la miseria. Espacios poblados de drogas y cr¨ªmenes, en los que las asociaciones humanitarias rara vez han `entrado y, si lo han hecho, apenas han encontrado respuesta. "El Ayuntamiento les ha ofrecido albergues y los han rechazado; tampoco le ha ido mejor a la Cruz Roja, de la que ¨²nicamente han aceptado dinero y alguna manta. Tienen miedo, porque muchos son Ilegales y se dedican al trapicheo de droga", se?al¨® una fuente policial.
Ahora, su nuevo asentamiento, en los desangelados cuarteles de Daoiz y Velarde, va camino de convertirse en otra sucursal de la miseria. De las m¨²ltiples naves que ofrece el lugar, los inmigrantes han escogido una situada junto a la calle del Alberche. De sus ventanas descerrajadas sal¨ªa a mediod¨ªa de ayer el vapor de un caldero de comida. "A nosotros que nos dejen en paz, vale. S¨®lo queremos vivir tranquilos", dec¨ªa un africano. Parco en palabras, como el resto de sus compa?eros, el hombre apresur¨® su paso para evitar nuevas preguntas.
En las naves, entre las figuras esquivas de los inmigrantes, asomaban las basuras. Los habit¨¢culos, h¨²medos y sin las m¨ªnimas condiciones, apenas parec¨ªan ocupados. Entre los pocos rastros del nuevo asentamiento despuntaban las maderas tendidas para sortear los charcos y barrizales, y tambi¨¦n una valla de obras, colocada en vertical contra el muro que rodea el recinto,y que sirve como escalera de salida.
"?Que cu¨¢ntos somos? Pues no s¨¦, muchos, pero yo vengo de paso", contest¨® otro inmigrante. La pregunta tampoco encontr¨® respuesta en las instituciones. La polic¨ªa desconoce la cifra exacta de inmigrantes que, con esta nueva oleada, han podido aumentar la okupaci¨®n del cuartel (al menos, una veintena de indigentes ya lo utilizaban desde hace un a?o como refugio).
Pese a estas dudas, las autoridades ya han iniciado los tr¨¢mites para acabar con este asentamiento. La Direcci¨®n General de Interior, encargada de las cuestiones de extranjer¨ªa; la Direcci¨®n General de Asuntos Exteriores y la Delegaci¨®n del Gobierno en Madrid van a ponerse en contacto con las embajadas y servicios consulares de los pa¨ªses subsaharianos para intentar descifrar una de las inc¨®gnitas que persiguen a los habitantes del gueto: su nacionalidad. El objetivo es determinar el origen exacto de cada uno de estos n¨®madas capitalinos para legalizar su situaci¨®n (por ejemplo, en el caso de los liberianos que han huido de la guerra civil que azota su pa¨ªs) o bien expulsarlos si su situaci¨®n es ilegal. "No es posible que contin¨²e esta situaci¨®n, hay que buscarle un remedio", se?al¨® una fuente gubernamental.
En el mismo sentido se expresaban los vecinos de la zona. Muchos ignoraban que los cuarteles se hubiesen convertido en el nuevo refugio de los pobladores de Boetticher y Navarro, pero casi todos se hab¨ªan percatado del aumento de moradores. "Pues s¨ª, se ve entrar a muchos m¨¢s y, claro, da miedo", dec¨ªa un vecino. Un obrero que trabajaba en las proximidades comentaba: "Esto se ha llenado en los ¨²ltimos d¨ªas, pero a ver qui¨¦n se atreve a entrar, all¨ª hay de todo".
El Ayuntamiento, que durante siete a?os ha dejado languidecer el edificio, asegura que tiene planes para ¨¦l en 1998, informa Antonio Jim¨¦nez. En Gerencia de Urbanismo se maneja un presupuesto de alrededor de 800 millones para poner en marcha, por fin, el polideportivo ideado hace mucho y la sede de la Federaci¨®n Nacional de K¨¢rate. Actualmente, los t¨¦cnicos municipales visitan el inmueble para determinar las carencias y aquilatar el presupuesto.
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