?Doblaje? No, gracias

En la edici¨®n de EL PA?S del 24 de noviembre se se?alaba en el art¨ªculo titulado Otra forma de ver cine c¨®mo en los ¨²ltimos a?os est¨¢ creciendo de forma constante la proyecci¨®n de cine en su versi¨®n original. Tal hecho merece una peque?a reflexi¨®n sobre el origen del doblaje y sus actuales repercusiones.La instituci¨®n de pel¨ªculas dobladas fue impuesta durante el franquismo, pues ofrec¨ªa un medio de censura bastante asequible para la dictadura. Lo mismo ocurri¨® durante el r¨¦gimen paralelo que sufrieron nuestros vecinos portugueses; all¨ª, tras la revoluci¨®n de los claveles, se restaur¨® la sana costumbre de ver las pel¨ªculas tal cual son, sin pasar por un filtro creador de una nueva pel¨ªcula sobre la base de otra importada. As¨ª, el espa?ol es de los escas¨ªsimos Estados donde sigue existiendo el doblaje de pel¨ªculas. De hecho, s¨®lo dos canales de televisi¨®n (Canal + y La 2) emiten cine en versi¨®n original subtitulada. Incluso con la llegada al poder del PP, una de sus primeras medidas al frente de TVE fue sustituir ese formato por la emisi¨®n dual (sistema que s¨®lo los televisores m¨¢s modernos y escas¨ªsimos v¨ªdeos pueden recibir, medio casi exclusivo que se puede usar para ver las pel¨ªculas de calidad por el horario en el que son emitidas); afortunadamente han vuelto a emitir en V. 0. S., aunque siempre en horario de madrugada.

Adem¨¢s de ser aberrante el doblaje, por implicar necesariamente la falsificaci¨®n de la pel¨ªcula, la promoci¨®n del cine en versi¨®n original potenciar¨ªa el cine espa?ol (pues siempre habr¨¢ a quien le parezca m¨¢s c¨®modo no tener que fijarse en los subt¨ªtulos) e incluso, de rebote, potenciar¨ªa un mejor conocimiento de otros idiomas (s¨®lo hace falta hablar con cualquier cin¨¦filo europeo para ver que este efecto se da). En cualquier caso, y por encima de cuestiones indirectas, debe recordarse que una pel¨ªcula suele tener su imagen y su sonido, no su imagen y un sonido impuesto despu¨¦s por gente ajena a la pel¨ªcula de forma artificial. Pot¨¦nciese, pues, con subvenciones, emisiones televisivas, etc¨¦tera, el cine en versi¨®n original, o, por lo menos, no lo marginen como hasta ahora-