Insumisos del deporte
El "caso Etxaburu" agudiza el debate sobre la obligaci¨®n de acudir a las selecciones nacionales
Cumplir con la empresa que les ha contratado u obedecer la Ley del Deporte. Aitor Etxaburu y Josu Olalla, jugadores de balonmano del Bidasoa, se plantearon ese dilema ante la convocatoria para dos partidos de Espa?a contra Noruega. Olalla acudi¨® a la selecci¨®n; Etxaburu no, y el Comit¨¦ de Competici¨®n le ha abierto un expediente. Los barcelonistas Enric Masip y Mateo Garralda se niegan a jugar con el equipo nacional, pero no se les convoca.Nada impide que un alba?il, un ingeniero o un periodista se nieguen a trabajar donde no quieren; pero la selecci¨®n espa?ola es pala un deportista profesional lo mismo que el servicio militar para un ciudadano. Los juristas consultados por este diario no ven ning¨²n choque manifiesto entre los art¨ªculos 29, 47 y 76 de la Ley del Deporte, que establecen la obligatoriedad de jugar con el equipo nacional, y el Estatuto de los Trabajadores o la Constituci¨®n.
Etxaburu, de 32 a?os, est¨¢ en el declive de su carrera y juega a medio gas desde que se le rompieron los ligamentos de la rodilla izquierda. El seleccionador, Juan de Dios Rom¨¢n, decidi¨® llamarle tras la lesi¨®n de Juancho P¨¦rez, suplente del nacionalizado Andr¨¦i Shepkin, uno de los mejores pivotes del mundo. El jugador vasco ten¨ªa la intenci¨®n de acudir pero, despu¨¦s de perder importantes partidos de la Recopa europea y de la Liga nacional, el Bidasoa pidi¨® a sus cuatro internacionales -los otros tres son Olalla, el dan¨¦s Stoorgard y el yugoslavo Kov¨¢cevic- que no cumpliesen los compromisos con sus selecciones para contribuir a una r¨¢pida salida de la crisis del club; s¨®lo Olalla, temeroso de una sanci¨®n por dos a?os, no hizo caso de esa recomendaci¨®n.
Lamento que Etxaburu sea el afectado en el primer caso de este tipo. Siempre ha sido un deportista ejemplar, con una actitud muy positiva hacia la selecci¨®n", dijo Rom¨¢n ayer a EL PA?S. El presidente del Bidasoa, Be?ardo Garc¨ªa, fue m¨¢s lejos: "Comprendo que el Comit¨¦ de Competici¨®n quiera actuar para no sentar un precedente peligroso. Pero me pregunto por qu¨¦ no se aplic¨® el mismo rasero a Masip y Garralda, cuya presencia convertir¨ªa a Espa?a en un serio aspirante al oro en el Europeo de 1998, el Mundial de 1999 y los Juegos del 2000. El puesto de Etxaburu est¨¢ perfectamente cubierto por Shepkin, pero ¨¦l es ahora el chivo expiatorio".
Aunque Masip aleg¨® oficialmente que estaba sobrecargado de partidos y que deseaba atender m¨¢s a su familia, ¨¦l y Garralda han manifestado reiteradamente sus profundas discrepancias con Rom¨¢n. Por ejemplo, el 11 de septiembre, Garralda critic¨® con dureza los sistemas t¨¢cticos del seleccionador, y a?adi¨®: "No me apetece ir. Si me llama, le dir¨¦ que me debo al Bar?a, donde estoy a gusto". Rom¨¢n explic¨® ayer sus razones para no convocar a ambos: "Independientemente de su indudable calidad t¨¦cnica, su presecia ser¨ªa perjudicial para el colectivo. La responsabilidad es s¨®lo m¨ªa; no he consultado con la Federaci¨®n ni he recibido presiones de ning¨²n tipo". Espa?a dio una imagen penosa el mi¨¦rcoles en Noruega (perdi¨® por 28-25) y deber¨¢ puntuar el domingo en Melilla ante el mismo rival para estar en el Europeo.
"El que no quiera venir, que no venga". As¨ª resumi¨® Jes¨²s L¨®pez Ricondo, presidente de la Federaci¨®n Espa?ola, su postura sobre la actitud de Masip y Garralda. Preguntado por la posibilidad de que ello d¨¦ pie a una rebeli¨®n generalizada, agreg¨®: "Me parece una hip¨®tesis excesiva". Sobre el caso de Etxaburu, L¨®pez Ricondo tambi¨¦n calific¨® de "ejemplar" su conducta anterior, pero matiz¨®: "La selecci¨®n ha viajado con un jugador menos porque Etxaburu no llam¨® hasta el domingo [cuatro d¨ªas antes del partido] para decir que no iba. Y no estamos hablando de jugar una pachanga, sino de dos partidos clave para que Espa?a dispute el Europeo de un deporte en el que formamos parte de la ¨¦lite mundial [plata en el ¨²ltimo Europeo y bronce en Atlanta]. Hay un claro perjuicio a la selecci¨®n". En cuanto a la posibilidad de sancionar al Bidasoa, y no al jugador, el presidente contest¨®: "Ser¨ªa una osad¨ªa que yo me pronunciase. El Comit¨¦ de Competici¨®n decidir¨¢".
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