El tap¨®n
CINCUENTA A?OS despu¨¦s de que, el 29 de noviembre de 1947, la ONU adoptara el plan de partici¨®n de Palestina que llev¨® seis meses despu¨¦s a la proclamaci¨®n del Estado de Israel y a la primera guerra ¨¢rabe-Israel¨ª, la situaci¨®n se ha invertido: se trata ahora de crear lo que probablemente ser¨¢ un Estado palestino que conviva junto a Israel. Para ello debe avanzar el proceso, todav¨ªa llamado de paz, basado en los acuerdos de Oslo de 1993 y 1995. Tarea dif¨ªcil, pues el actual primer ministro de Israel, Benjam¨ªn Netanyahu, es el primero que frena cualquier avance significativo en esa direcci¨®n.Netanyahu es el primer mandatario israel¨ª que viaja a Washington a quien el presidente de EE UU no quiere recibir. Clinton sabe que la intransigencia de Netanyahu ha devaluado la presencia norteamericana en Oriente Pr¨®ximo. Hasta ahora, Clinton no ha conseguido que Netanyahu diera en lo m¨¢s m¨ªnimo su brazo a torcer. El primer ministro del Likud se dispone ahora a formular una generosa propuesta para entregar a la Autonom¨ªa Palestina un porcentaje m¨ªnimo -del 6% al 8%- de la Cisjordania ocupada, condicion¨¢ndola a nuevas medidas palestinas en la lucha contra el terrorismo. Es un insulto a los palestinos. Pero incluso este gesto ¨ªnfimo que el Gobierno se dispone a aprobar ma?ana ha provocado una rebeli¨®n de la ultraderecha israel¨ª, que saca a sus seguidores a las calles para impedir ese pasito.
Netanyahu. es reh¨¦n de estos grupos radicales, de los que depende su mayor¨ªa parlamentaria. Pero es, ante todo, presa de sus propias convicciones, que no admiten una autonom¨ªa real para los palestinos; no hablemos ya de un Estado. El primer ministro ha amenazado con invadir los territorios devueltos a los palestinos si Arafat lleva a cabo su intenci¨®n de proclamar la creaci¨®n de una Palestina independiente en 1999, cuando acabe el periodo de transici¨®n previsto en los acuerdos de Oslo.
En tal situaci¨®n, pocas salidas quedan. La oposici¨®n laborista parece estar prepar¨¢ndose para una anticipaci¨®n de elecciones. El propio Netanyahu est¨¢ siendo cada vez m¨¢s cuestionado en su propio partido, pero su intenci¨®n evidente es resistir todo lo que pueda. Netanyahu se ha convertido en un tap¨®n que impide un proceso de paz razonable no s¨®lo en Israel y los territorios ocupados, sino en todo el Oriente Pr¨®ximo.
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