Un general chileno acusa a Pinochet de haber ordenado el asesinato de 53 civiles
El proceso por genocidio contra Augusto Pinochet y sus colaboradores durante la dictadura chilena, que instruye el juez de la Audiencia Nacional Manuel Garc¨ªa Castell¨®n, cuenta desde esta semana con la primera declaraci¨®n de un general retirado que testifica contra el ex dictador. El general de brigada Joaqu¨ªn Lagos Osorio, antiguo jefe de la zona de Antofagasta, acusa directamente al general Pinochet y a su subordinado general Sergio Arellano de ordenar el asesinato de 53 civiles sin juicio previo que estaban detenidos en la zona de jurisdicci¨®n del general denunciante.
Lagos efectu¨® esta declaraci¨®n jurada ante el primer Juzgado del Crimen de Antofagasta el 2 de julio de 1986, y ha autorizado que dicho documento se incorpore al proceso que instruye el juez de la Audiencia Nacional El militar retirado se halla en un precario estado de salud que le impide viajar a Espa?a para declarar en persona.El testimonio del general se refiere a los 53 asesinatos cometidos en tres lugares que cuando el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 estaban bajo la jurisdicci¨®n de Lagos: Copiap¨®, Calama y Antofagasta, al norte de Chile.
El general expresa su disposici¨®n "a colaborar en todo aquello que me sea posible con la investigaci¨®n judicial que se lleva adelante con miras a que se establezca la verdad y se precisen sin sombra de duda las responsabilidades de cada cual. Los hechos investigados son de una gravedad tal que comprendo y comparto la necesidad de los familiares de las personas fallecidas de exigir que se haga justicia".
Afirma el declarante que el 18 de octubre de 1973 el general Sergio Arellano Stark lleg¨® en helic¨®ptero con la misi¨®n confiada por Augusto Pinochet de unificar los criterios en los procesos que en ese momento se tramitaban ante los tribunales militares a lo largo de todo el pa¨ªs. Arellano llegaba de Copiap¨®, donde la noche anterior aqu¨¦l hab¨ªa ordenado asesinar a 13 civiles, hecho que silencia al general Lagos.
En invierno de 1973, el general Arellano era considerado "el hombre" del golpe militar por los que conspiraban en el Ej¨¦rcito, Fuerza A¨¦rea y Marina contra el Gobierno de Salvador Allende, a pesar de que pr¨¢cticamente no ten¨ªa mando de una gran tropa", seg¨²n escribe en su libro Los zarpazos del puma Patricia Verdugo, premio nacional de periodismo de Chile."La noche del 18 de octubre de 1973", declara el general Lagos, "la comitiva del general Arellano hab¨ªa sacado del lugar de detenci¨®n a 14 detenidos que estaban en proceso, los hab¨ªan llevado a la Quebrada El Way y los hab¨ªan muerto a todos con r¨¢fagas de metralletas y fusiles de repetici¨®n. Los cuerpos estaban despedazados, con m¨¢s o menos 40 tiros cada uno, y en estos momentos as¨ª permanec¨ªan, al sol y a la vista de todos cuantos pasaban por ah¨ª".
"Al o¨ªr de esta horrible masacre, qued¨¦ estupefacto y sent¨ª una enorme indignaci¨®n por estos cr¨ªmenes perpetrados a mis espaldas, en un lugar de mi jurisdicci¨®n... Todo se hab¨ªa perpetrado a mis espaldas, que no hab¨ªa citado a consejo de guerra, ni menos firmado sentencia alguna", prosigue el testigo. En una reuni¨®n celebrada el mismo d¨ªa con los comandantes de unidades de la guarnici¨®n de Antofagasta, el general Lagos anunci¨® que dejar¨ªa su puesto a disposici¨®n de Pinochet, que regresaba de Iquique a Santiago.
El general Lagos recrimin¨® con dureza lo ocurrido al general Arellano: "Lo hecho constitu¨ªa un crimen tan monstruoso como cobarde, pues se hab¨ªa dado brutal muerte a gente indefensa sin que mediara sentencia alguna del juez militar", y le advirti¨® que todo el mundo tendr¨ªa conocimiento de ello. En este punto el general Arellano sac¨® su as de la manga: "Una comunicaci¨®n del comandante en jefe del Ej¨¦rcito que lo nombraba oficial delegado para revisar y acelerar los procesos". En otras palabras, Arellano actu¨® por orden expresa y directa de Pinochet.
Lagos pudo hablar con el propio Pinochet en una escala que ¨¦ste hizo en el aeropuerto de Antofagasta. El jefe supremo se limit¨® a ordenar a su interlocutor que tratara "de superar ante la opini¨®n p¨²blica la grave situaci¨®n". D¨ªas m¨¢s tarde, el general Lagos recib¨ªa la orden de Pinochet de eliminar de la relaci¨®n de los ejecutados toda referencia a la autor¨ªa de las muertes por parte del general Arellano en condici¨®n de delegado del comandante en jefe y en misi¨®n ordenada por ¨¦ste.
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