La inercia conjugada de la econom¨ªa y de la m¨¢quina clim¨¢tica
?El 50%! Ese es el margen de error de las previsiones sobre el recalentamiento del planeta que va a comportar el aumento de los gases con efecto invernadero, en opini¨®n de Klaus Hasselmann (Instituto de Meteorolog¨ªa Max Planck de Hamburgo). Y esta incertidumbre no es nada "comparada con la imposibilidad de predecir la evoluci¨®n de la econom¨ªa y de las tecnolog¨ªas" en el transcurso "de decenios e incluso de siglos" que se ver¨¢n marcados por un posible trastorno clim¨¢tico, escribe este investigador alem¨¢n, en un comentario del informe sobre la cumbre de Kioto publicado el jueves 20 de noviembre por la revista Nature.A primera vista, la situaci¨®n parece favorable para la puesta en movimiento de todos los grupos de presi¨®n. Algunos no se privaron de sacar la conclusi¨®n de que "era urgente estar preparados". Sin ir tan lejos, los expertos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Clim¨¢tico (IPCC) estiman en su informe publicado en 1995 que conviene adoptar "una estrategia prudente y ajustarla con el tiempo a la luz de las nuevas informaciones", teniendo en cuenta los "riesgos econ¨®micos" de las medidas destinadas a reducir las emisiones de gas con un efecto de invernadero.
Evaluaci¨®n de medidas
Pero los trabajos m¨¢s recientes parecen demostrar que los argumentos socioecon¨®micos abogan tambi¨¦n en favor de medidas inmediatas. R¨¢pidamente los economistas se han unido a los climat¨®logos para explorar esta nueva v¨ªa de investigaci¨®n. Se han puesto a punto modelos inform¨¢ticos de simulaci¨®n, combinando los datos econ¨®micos con los par¨¢metros clim¨¢ticos. Objetivo: evaluar las consecuencias en estos dos campos de las medidas correctoras propuestas, con el fin de optimizarlas.Este tipo de investigaciones ha permitido a los norteamericanos Wigley, Richels y Edmonds demostrar que una reducci¨®n muy modesta al principio, pero que se acelere con el tiempo, podr¨ªa ser preferible a las medidas m¨¢s en¨¦rgicas a corto plazo.
Los documentos t¨¦cnicos publicados en febrero por el IPCC tienen en cuenta sus trabajos y presentan las dos alternativas. Las nuevas simulaciones tienen en cuenta "la inercia socioecon¨®mica".
Esta noci¨®n nueva, que se une a la inercia f¨ªsico-qu¨ªmica de la "m¨¢quina clim¨¢tica Tierra", est¨¢ directamente relacionada con los imperativos industriales. Las f¨¢bricas y las centrales el¨¦ctricas responsables de la emisi¨®n de gas con efecto invernadero no pueden modificarse de un d¨ªa para otro.
Son el resultado de decisiones relativas a la energ¨ªa y de inversiones realizadas en los a?os sesenta y setenta. La puesta en marcha de una nueva estrategia en este terreno exigir¨¢ varios decenios.
Lo mismo sucede con los transportes, otros grandes emisores de di¨®xido de carbono. Por otro lado, algunos economistas consideran que en lugar de dedicar grandes cr¨¦ditos a la reducci¨®n inmediata de emisiones de gases contaminantes, convendr¨ªa invertir, en primer lugar, en crear los conocimientos y las tecnolog¨ªas nuevas capaces de luchar con mayor eficacia en el futuro contra el recalentamiento clim¨¢tico o sus consecuencias.
Los trabajos realizados por Minh Da-Hong y Jean-Claude Hourcade, cient¨ªficos del Centro Internacional de Investigaci¨®n sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de Montrouge (CNRS/Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales) y Michael Grubb (Instituto Real de Asuntos Internacionales de Londres) ponen de relieve "una infravaloraci¨®n" de las consecuencias de esta inercia en los estudios anteriores.
El precio del retraso
Para los tres, una representaci¨®n m¨¢s apropiada" de esta idea aumenta el costo del aplazamiento de la disminuci¨®n de las emisiones de CO2". Esto justifica el "comienzo inmediato" y "ampliar el esfuerzo a varias generaciones", escriben en un art¨ªculo publicado el jueves 20 de Noviembre en Nature. "La inercia socioecon¨®mica no puede invocarse como argumento para aplazar la lucha contra los gases con efecto invernadero", explica Minh Da-Hong. "Porque, si constituye efectivamente un verdadero problema, ¨¦ste se plantear¨¢ de la misma manera en el futuro".Esto da para alimentar las reflexiones de los participantes en la cumbre de Kioto. Puesto que la econom¨ªa es una ciencia incluso m¨¢s "nebulosa" que la climatolog¨ªa, el debate dista mucho de estar cerrado.
Queda decir que tambi¨¦n En este terreno los argumentos que militan en favor del sano "principio de precauci¨®n" son cada vez m¨¢s numerosos.
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