"Sacamos a la gente de los coches poco a poco y los metimos donde pudimos"

Villarejo de Salvan¨¦s, un municipio de 5.300 habitantes situado a 50 kil¨®metros al sureste de Madrid, se convirti¨® anoche en el principal refugio de los automovilistas atrapados por el temporal en la N-III. Acompa?ados por la Guardia Civil y Protecci¨®n Ciudadana, decenas de vecinos del pueblo, bajo una fuerte ventisca, salieron a la carretera para socorrer a 1.200 viajeros, a los que condujeron a diferentes dependencias municipales. Tras repartir a los ateridos automovilistas en el hogar del pensionista, las escuelas, la Casa de Cultura y el Ayuntamiento les dieron ropa de abrigo y comida. El caso de Villarejo se repiti¨® en otros 11 pueblos de la regi¨®n. En total, fueron evacuados 2.200 viajeros por el temporal.El alcalde de Villarejo de Salvan¨¦s, Jos¨¦ Mayor, de IU, calific¨® ayer el enorme colapso circulatorio, que dur¨® entre las once de la noche del jueves y el mediod¨ªa de ayer, de "inconcebible". "Es lamentable que la ca¨ªda de cuatro copos de nieve provoque un espect¨¢culo como el que hemos vivido. Gente dentro de los coches sin poder ir hacia ninguna parte; autocares inmovilizados a pocos kil¨®metros de nuestro pueblo. La gente tuvo que bajarse de los autobuses y hacer a pie el camino que les faltaba. Tuvimos que ir sacando a la gente poco a poco y trasladarla al pueblo. Los alojamos donde pudimos: el Ayuntamiento, la Casa de Cultura, las escuelas... Tuvimos que llamar a los propietarios de los bares a altas horas de la noche para que abriesen sus establecimientos. La gente necesitaba tomar algo".

En Villarejo, el vecindario, los servicios de Protecci¨®n Ciudadana y la Guardia Civil tuvieron que rescatar a cerca de un millar de personas atrapadas por el hielo y la nieve en la N-III.

Capas de hielo

Los efectos del temporal de nieve y hielo que el jueves azot¨® la regi¨®n madrile?a se hicieron sentir con especial virulencia en la zona sureste, poco habituada a las nevadas. La aparici¨®n de capas de hielo en la carretera de Valencia (N-III) y en las v¨ªas secundarias colaps¨® la circulaci¨®n y provoc¨® numerosos accidentes. Los camiones, cruzados en medio de las v¨ªas, acrecentaron estos problemas, hasta que sobre las 21.00 el tr¨¢fico se torn¨® imposible en todo el sureste, incluida la N-IV. Miles de conductores quedaron atrapados en sus veh¨ªculos. Sin poder avanzar ni retroceder, aquellos que consegu¨ªan escapar de la N-III por una carretera comarcal volv¨ªan a quedar aprisionados por el hielo.Los servicios de rescate, en los que participaron m¨¢s de 2.000 trabajadores de la Comunidad de Madrid, la polic¨ªa y la Guardia Civil, ve¨ªan frenada su labor por el mismo problema que atascaba a los conductores. No llegaban a los puntos negros, y cuando lo hac¨ªan y retiraban el hielo, ¨¦ste volv¨ªa a aparecer.

El monumental tap¨®n, distribuido en decenas de carreteras secundarias, adem¨¢s de en la N-III, se convirti¨® en alarmante cuando la temperatura, ya de madrugada, registr¨® una repentina bajada. Fue entonces cuando los vecinos se lanzaron a las carreteras para socorrer a los desesperados automovilistas, algunos de los cuales llevaban m¨¢s de seis horas en sus veh¨ªculos.

El alcalde Mayor, en contra de lo mantenido por los responsables de la Comunidad de Madrid, afirma que nadie avis¨® al Ayuntamiento de lo que "se ven¨ªa encima". Y a?ade: "Hace unos meses, cuando se registraron fuertes lluvias en la zona, nos enviaron un fax para que tom¨¢semos medidas. En esta ocasi¨®n, nada de nada". Los camiones con sal no pudieron sobrepasar el t¨¦rmino municipal de Perales de Taju?a, un pueblo distante cinco kil¨®metros de Villarejo.

El regidor sufri¨® en sus carnes las consecuencias de la nevada. A las ocho de la tarde del jueves se encontraba en Madrid, y tomaba a esa hora la N-III en direcci¨®n a su pueblo. No lleg¨® a Villarejo hasta la una de la madrugada. "Una enorme placa de hielo se extend¨ªa sobre la autov¨ªa a su paso por Rivas [localidad situada a 25 kil¨®metros de Villarejo]. Nadie atacaba el hielo con sal. Cuando hoy [por ayer] volv¨ª a Madrid, la placa de hielo segu¨ªa igual", dijo el alcalde de Villarejo.

Caso omiso

Entre Rivas y Madrid, en la ma?ana de ayer, un atasco de m¨¢s de diez kil¨®metros ocupaba toda la N-III. Camiones y coches abandonados a ambos lados de la carretera eran la prueba m¨¢s palpable de lo que la noche anterior hab¨ªa sucedido en la autov¨ªa. El consejero de Presidencia, Jes¨²s Pedroche, pidi¨® a los camioneros que se abstuviesen de circular por el sur y sureste de la regi¨®n. Los veh¨ªculos de transporte hicieron caso omiso de esta petici¨®n. Y el atasco se repiti¨®.El caso de Villarejo se reprodujo en otros 11 municipios: Perales de Taju?a acogi¨® a 400 evacuados, Torrej¨®n de Velasco a 200, Pinto a 200, Chapiner¨ªa a 60, Fuentidue?a a 60, Campo Real a 25, y Valdemoro y Chinch¨®n a 40 en total. Pese al alto n¨²mero de personas evacuadas, muchos conductores se resistieron a abandonar su veh¨ªculo. Se trataba en su mayor¨ªa de transportistas, que prefirieron quedarse en sus cabinas. Otros simplemente se mantuvieron al frente de sus volantes por miedo a que les quitasen el coche una vez que amainase el temporal o bien porque nadie se ocup¨® de ellos.

"Mis dos hijos, que iban en coche con un amigo, permanecieron desde las nueve de la noche hasta las seis de la madrugada en el coche, junto a la N-IV, sin que nadie se ocupase de ellos. Luego, cuando les recogieron, les dieron una manta y una naranja. Pasaban muchas sirenas a su lado, pero la verdad es que nadie se ocup¨® de ellos", afirm¨® Manuel Castilla. Sus hijos, de 8 y 13 a?os, pasaron la noche m¨¢s larga y fr¨ªa de su! vidas.

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