Alarma en el sector militar
Un ayudante del presidente Bor¨ªs Yeltsin, Yevgueni Shap¨®snikov, se?al¨® ayer a Interfax que el accidente pudo tener su origen en la baja calidad del combustible utilizado. La Fuerza A¨¦rea, como las otras ramas militares rusas, y como el conjunto de la industria estatal y privada, sufre las consecuencia de una grave crisis econ¨®mica que impide un mantenimiento adecuado del material, un entrenamiento eficaz del personal e incluso el pago regular de los salarios.Pero ese no es el ¨²nico problema. Hace unos d¨ªas, unos soldados intentaron vender por unos 50 millones de pesetas un lanzador de misiles Grad, con tan mala fortuna que los compradores resultaron ser polic¨ªas. "Ma?ana puede tratarse de aviones de combate", dijo preocupado el primer ministro, V¨ªktor Chernomirdin.
En la propia prensa rusa, se pueden leer con frecuencia noticias como que, supuestamente, hay 100 maletines nucleares fuera de control, o que peligra el ecosistema del ?rtico por la destrucci¨®n de cohetes a que obligan los acuerdos de desarme, o que los submarinos at¨®micos son una bomba m¨¢s ecol¨®gica que nuclear, o que los tubos de los oleoductos que forman una tupida red por todo el pa¨ªs se resquebrajan, o que las mafias han lanzado un asalto al poder, o que la sanidad o la educaci¨®n gratuitas son un vestigio del pasado, o que millones de trabajadores del sector p¨²blico y privado llevan meses y meses sin cobrar sus salarios de hambre. Y son a veces los l¨ªderes pol¨ªticos e incluso los gobernantes, empezando por el propio Yeltsin, los primeros que hacen sonar las campanas de alarma.
La descomposici¨®n de la URSS y la transici¨®n hacia la econom¨ªa de mercado han convertido a Rusia en una f¨¢brica a medio gas, llena de goteras y potencialmente explosiva. Por eso, cuando esta misma semana murieron 67 mineros en Siberia, casi nadie pens¨® en una fatalidad. Se dio por supuesto que la culpa era de la falta de fondos para garantizar la seguridad.
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