Vence la simpat¨ªa

La simpat¨ªa arrolladora de Eloy Cavazos que, haga lo que haga, convence a sus seguidores, contrast¨® con la seriedad de Vicente Barrera, cuya labor no fue debidamente aquilatada por las galer¨ªas.Pese a que a Barrera le toc¨® el peor lote mostr¨® el aut¨¦ntico arte del toreo. Al tardo enemigo de su confirmaci¨®n, lo ejecut¨® finas ver¨®nicas. Su estructurada faena la inici¨® con bellos estatuarios y la termin¨® con ajustadas manoletinas. Con temple plasm¨® series de redondos. La sobriedad y poder¨ªo de su muleta aflor¨® en sus tandas de naturales.

Como el sexto daba arreones, el valenciano estuvo lidiador. A base de doblones y con tes¨®n hizo que la res acudiera al enga?o. Plant¨® los pies en el anillo y lig¨® soberbios derechazos. Con exquisitez traz¨® tandas de naturales, pero perdi¨® el trofeo por fallar con la espada.

Cavazos prescinde de las normas fundamentales del toreo y los recursos que utiliza equivocan a sus seguidores. De la fijeza del segundo, el regiomontano se aprovech¨® citando con el pico y dio innumerables remedos de pases. Al terminar la vuelta al ruedo la afici¨®n le dedic¨® una sonora rechifla.

El f¨®lcl¨®rico desempe?o de Cavazos con el d¨®cil cuarto estuvo plagado de pasos indecisos y giros de baile en la cara del burel, que eran vitoreados por sus admiradores pero protestados por los aficionados.

En el enjundioso quehacer de Mario del Olmo hubo ritmo y temple pero al iniciar una vitolina fue arrollado aparatosamente. Hecho un jabato y aunque la fiera desarroll¨® sentido, prosigui¨® su labor a pesar de tener un puntazo en el escroto.

Al final de su faena al manso y genioso quinto, el diestro de Tlaxcala realiz¨® un toreo de buen gusto con emotivas y pl¨¢sticas series de derechazos.