Menuhin o la bondad de la m¨²sica

Tiene raz¨®n Enrique Franco cuando escribe que Yehudi Menuhin (81 a?os, ya) no es ¨²nicamente un gran artista, sino tambi¨¦n una "humanidad conmovedora". Su bondad se manifiesta en su dedicaci¨®n a proyectos educativos internacionales para ni?os marginados tan ejemplares como el MUS-E o en su actitud en conciertos como el que, presidido por la Reina, tuvo lugar en el Auditorio Nacional con la Orquesta de la Escuela Superior de M¨²sica Reina Sof¨ªa.El juego de complicidades que se estableci¨® en el Concierto para dos violines y orquesta en re menor de Bach era embriagante. Menuhin miraba al profesor Zakhar Bron con admiraci¨®n y quiz¨¢ un punto de nostalgia; Bron miraba con sano orgullo a su alumna m¨¢s destacada, Vera Mart¨ªnez Mehner, y ¨¦sta no s¨®lo aguantaba el tipo sino que extra¨ªa de su viol¨ªn un sonido precioso, mientras miraba a Menuhin con la veneraci¨®n con que se mira a un dios entra?able. La orquesta, jovenc¨ªsirna, pon¨ªa el resto, como burl¨¢ndose de una tradici¨®n nada ben¨¦vola en Espa?a para los instrumentistas de cuerda. La realidad era otra: los violines o violas sonaban con un impulso vital admirable; los chelos, con una precisi¨®n r¨ªtmica memorable.

Bron demostr¨® su categor¨ªa de gran virtuoso del viol¨ªn en el Concierto en re menor de Mendelssohn, cuya recuperaci¨®n se debe al impulso investigador del propio Menuhin y a su insaciable curiosidad por escarbar en anticuarios o bibliotecas. La musicalidad del Andante o el alegre mecanismo con que Bron resolvi¨® las dificultades del presto nos situaban ante un artista colosal.

En la Serenata en do mayor de Chaikovski, la orquesta y Menuhin se fundieron en una exhibici¨®n de pura m¨²sica. Encantador el vals, emocionante la eleg¨ªa, vibrante el tema ruso del movimiento final. Menuhin: todo un privilegio.