Mal asunto
"Nos est¨¢n matando", dijo Iturgaiz. Se refer¨ªa a su partido; lo entend¨ª de manera m¨¢s extensa. Est¨¢n matando a todos: a unos por el disparo o la bomba, a otros por la creaci¨®n de angustia en este tiempo que dominan. No habr¨¢ nadie m¨¢s lejos del PP que yo, pero estoy con los que mueren. "Una m¨¢quina de matar", dec¨ªa Anasagasti. Pero una m¨¢quina es inocente. Es m¨¢s tr¨¢gico una persona que matan: se supone que en alg¨²n momento de su vida ha tenido que hacer un esfuerzo para vencer su repugnancia, para recrear en s¨ª mismo el instinto feroz perdido. El asesinato pol¨ªtico es el peor: una pena de muerte cumplida, prevista, anunciada. No es coraje o ira, arrebato. Es otra cosa y no le veo remedio. Los de la ira en la otra orilla saltan a cada muerte con la renuncia a cualquier di¨¢logo: m¨¢s o menos les comprendo, m¨¢s bien menos: me sucede lo contrario, y cada sangre en la acera me impulsa m¨¢s a la negociaci¨®n. Se?ores asesinos, vamos a ponernos de acuerdo; pero no sigan matando. No sigan matando algo que podr¨ªa incorporarse a lo que ha sido en este desgraciado pa¨ªs hogueras y garrotes y pistolerismo. Y salvadores.Veo, en los mismos informativos, a Gerry Adams en casa del primer ministro brit¨¢nico. No quisiera excitar a nadie, desde el dolor o el miedo, a que diga que no es lo mismo: ya lo s¨¦. Encuentro l¨®gico y sensato que el Ulster deje de estar bajo dominio ingl¨¦s y sea la Irlanda que debe ser; el internacionalismo, all¨ª, empez¨® a asesinarlo Cromwell. Encuentro normal que los cat¨®licos no quieran seguir siendo humillados y explotados por los luteranos. Es otra guerra. Aqu¨ª no tienen raz¨®n. Pero es igual en la facci¨®n del crimen: en la gran camada negra de los asesinos. Vascos o irlandeses: el que mata, mata.
Cuando van pasando las d¨¦cadas y los delitos prosiguen, no hay sistema que acabe con ellos y el pa¨ªs est¨¢ convulso por ellos, habr¨¢ que contemplar la idea de entenderse. Como negocia uno con el atracador. Han pasado reg¨ªmenes y Gobiernos: los consejos de guerra uniformados, de sable al claro y crucifijo oscuro en la mesa, con sus penas de muerte; los GAL con sus contracr¨ªmenes, que al mismo tiempo sirvieron para que sus asesinos robasen; los socialistas, los ultras del PP. Y ellos son los mismos. Peor: son nuevas generaciones. Los que mataban en tiempos de Franco ya han muerto o son viej¨ªsimos; ya est¨¢n sus hijos, sus nietos. Mal asunto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.