Un trabajo minucioso

El estudio ha exigido una laboriosa b¨²squeda de datos en la Administraci¨®n y en m¨¢s de una decena de empresas de suministro de combustibles, fabricantes de autom¨®viles, instalaci¨®n de paneles, etc¨¦tera. En el caso de los combustibles, primero se separaron en s¨®lidos, como el carb¨®n; l¨ªquidos, como la gasolina, y gases, como butano o propano; se calcul¨® exactamente cu¨¢nto CO2 emite cada uno, y esta cifra se puso en relaci¨®n a lo que se consume en la Comunidad.Para saber, por ejemplo, el consumo de agua caliente y el n¨²mero de paneles solares que habr¨ªa que instalar, los investigadores tuvieron en cuenta todas las viviendas de la Comunidad y el n¨²mero medio de habitantes por cada una, que son 3,2.

Las estimaciones econ¨®micas tambi¨¦n se hicieron al detalle. Se han incluido factores como la inflaci¨®n o las posibles variaciones anuales en el precio del combustible, y tambi¨¦n un plazo l¨®gico para que las medidas se fueran haciendo efectivas; es decir, no se ha estimado la reducci¨®n de CO2 imaginando que ma?ana mismo todas las calderas ser¨¢n de gas, sino contando con el ritmo de sustituci¨®n que el Ayuntamiento de Madrid prev¨¦.

La metodolog¨ªa seguida para el estudio no es nueva, aunque s¨ª se emple¨® un programa inform¨¢tico de elaboraci¨®n propia. Pero lo importante, se?ala su coordinador, F¨¦lix Hern¨¢ndez, es que "este tipo de estimaciones s¨®lo pueden hacerse personalizadas para cada ciudad, porque los patrones de consumo son distintos".