Impulsar el di¨¢logo con el Norte

La victoria de Kim Dae Jung puede propiciar un impulso en el di¨¢logo intercoreano por la mayor comprensi¨®n y sensibiliad que el veterano pol¨ªtico tiene sobre el conflicto. El presidente electo declar¨® ayer que tratar¨¢ de celebrar "una reuni¨®n con el m¨¢ximo l¨ªder de Corea del Norte", Kim Jong II, y que buscar¨¢ todas las f¨®rmulas que posibiliten en el futuro la reunificaci¨®n de la pen¨ªnsula. Kim est¨¢ obsesionado con el problema. En 1993 se traslad¨® a Europa para estudiar durante un tiempo la reunificaci¨®n de Alemania. El presidente electo se refiri¨® tambi¨¦n ayer a la conveniencia de "reforzar la seguridad nacional ante la amenaza del Norte". El r¨¦gimen de Pyongyang hab¨ªa apoyado p¨²blicamente la candidatura del dirigente de la oposici¨®n, si bien el gesto fue interpretado en v¨ªspera del voto como una se?al contraria.Las relaciones entre el Norte y el Sur est¨¢n bloqueadas a pesar de que el pasado d¨ªa 9 comenzaron en Ginebra las hist¨®ricas negociaciones cuatripartitas -adem¨¢s de los dos pa¨ªses, Estados Unidos y China- destinadas a transformar el armisticio que a¨²n rige desde el fin de la guerra civil (1950-1953) por un acuerdo de paz permanente. Kim expres¨® ayer respaldo a las conversaciones cuatripartitas, pero tambi¨¦n a las negociaciones bilaterales que ten¨ªan que haber sido impulsadas tras la firma de un acuerdo bilateral de buena voluntad suscrito en 1991. En julio de 1994, la s¨²bita muerta del l¨ªder norcoreano, Kim II Sun, frustr¨® el encuentro que iba a celebrar con el presidente surcoreano, Kim Young Sam.

A lo largo de su carrera pol¨ªtica, Kim Dae Jung se ha mostrado m¨¢s inclinado que nadie a la apertura de un di¨¢logo con el cerrado r¨¦gimen del Norte. Con su llegada al poder, Pyongyang puede sentirse m¨¢s presionada para hablar de paz. Sin embargo, muchos analistas locales creen que los norcoreanos hubieran preferido negociar con un presidente salido como siempre del partido del Gobierno a pesar de la grave crisis alimentaria que padecen desde hace casi tres a?os.

D¨ªas antes de los comicios se filtr¨® un mensaje de un ex asesor de Kim que huy¨® a Corea del Norte el pasado agosto en el cual se afirmaba que el Gobierno norcoreano deseaba el triunfo de Kim, extremo que fue considerado ¨ªnmediatamente en Se¨²l como un deseo de impedir su victoria suscitando la sospecha de que es "amigo del Norte", como los militares surcoreanos sostienen. Kim ha declarado que desea acabar con la politizaci¨®n del Ej¨¦rcito. Mientras, los norcorenos no descansan en urdir operaciones conspiratorias. En octubre, la polic¨ªa descubri¨® una red de esp¨ªas del Norte que pretend¨ªa atacar el metro de Se¨²l dirigida por dos surcoreanos conocidos ambos por su anticomunismo viceral.

En una reciente entrevista con un diario local, Kim Dae Jung declaraba que adoptar¨ªa una postura m¨¢s flexible en la pol¨ªtica intercoreana y que ayudar¨ªa al Norte a mejorar las relaciones con Estados Unidos y Jap¨®n para salir del aislamiento. Se?alaba tambi¨¦n que el hundimiento del Norte es algo que debe tratar de impedir el Sur: "La suma de dinero que se necesita para ayudar a los norcoreanos es bastante peque?a comparada con la que necesitamos para manejar nuestra actual crisis econ¨®mica. Una vez que nuestra econom¨ªa reemerja deberemos incrementar la ayuda al Norte".

De momento, Se¨²l no tiene intenci¨®n de reducir sus fuerzas armadas: 700.000, m¨¢s casi 40.000 soldados norteamericanos frente a un mill¨®n de norcoreanos.