Recuperaciones
Uno de los primeros grandes secuestros de rojos cometidos por el r¨¦gimen de Franco fue el de Antonio Machado. Lo perpetr¨® Dionisio Ridruejo, aunque le quedara a?os despu¨¦s tanta conciencia como para arrepentirse del falangismo. Public¨® unas falsas poes¨ªas completas, cercenadas las de la guerra civil, con un pr¨®logo del que luego fue amigo, despu¨¦s de tantos a?os de tenerle miedo, Ridruejo: y un pr¨®logo en el que "recuperaba" al poeta para el nuevo r¨¦gimen. Una verg¨¹enza. Ahora Aznar recupera para s¨ª mismo a Max Aub, besa a Alberti, presenta a Aza?a. Es algo as¨ª como las peticiones de perd¨®n de Estado (espa?ol): a los jud¨ªos, a los flamencos; la del Vaticano, al fantasma de Galileo; la que los obispos espa?oles no han querido solicitar de los fantasmas de los republicanos, que seguramente no les habr¨ªan perdonado. S¨®lo que Aznar no pide perd¨®n a Aza?a: ¨¦l es inocente. Sin embargo, estas cosas se hacen por los antepasados. Uno muy directo, su abuelo Manuel, le puso verde. En su Historia de la Cruzada, nombre que le dieron tambi¨¦n los obispos a la ocupaci¨®n de Espa?a por la parte mala. Mejor dicho: por la parte peor.Siempre he pensado que el perd¨®n de cada uno debe pedirse a los contempor¨¢neos a los que se destroza o a los que se anula, se clasifica como ciudadanos de tercera. Aznar deber¨ªa pedirlo a los rojos contempor¨¢neos: y hasta a los no rojos y perseguidos por ¨¦l y sus jaur¨ªas, como Polanco y Cebri¨¢n. O sea, deber¨ªa retirar sus ofensivas. De todas maneras, no dejo de agradecer su comprensi¨®n para los antiguos; yo mismo tengo una parte antigua y otra contempor¨¢nea, y en algo me siento comprendido. Aza?ista no fui hasta despu¨¦s, cuando le le¨ª bien: y lo soy, m¨¢s que pol¨ªtico, literario por su escritura y humano por su humanidad. Sin embargo, no ser¨ªa capaz de presentar o de elogiar la Historia de la Cruzada de Manuel Aznar, aunque charl¨¦ mucho con ¨¦l. Le vi en Par¨ªs, fue mi embajador en Marruecos y consejero de un diario que dirig¨ª. Y recuerdo que me dijo una vez: "Cuidado, que le llaman a usted afrancesado en Madrid. Disimule como pueda. A m¨ª me llamaron cosas peores". Tan malas: le metieron en la c¨¢rcel cuando se pas¨® a Franco, y le tuvo que sacar V¨ªctor de la Serna, que siempre ayud¨® a quien pudo. Luego agarraron a V¨ªctor en Salamanca: por hedillista -de la Falange joseantoniana, la que no quer¨ªa la unificaci¨®n con la crema agria de los varios monarquismos- y porque sac¨® a hombros el cad¨¢ver de Unamuno. Pero fue cosa de poco.
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