Derrota

El Gobierno ha sido derrotado gracias a la compacta unidad de todos los partidos, lanzados por primera vez contra el PP como si de verdad fueran la oposici¨®n. Se dir¨¢ que el Gobierno trataba de imponer una ley de trascendental importancia, pero no: era una trivial declaraci¨®n de intenciones para coser un par de remiendos en la catastr¨®fica educaci¨®n p¨²blica. Por eso sus se?or¨ªas se han puesto de acuerdo. De haberse tratado de un asunto verdaderamente importante, es decir, que implicara reparto econ¨®mico, la derecha habr¨ªa ido por la derecha, y los socialistas, por libre; pero un asunto que ata?e a la educaci¨®n p¨²blica, ?a qui¨¦n puede importarle? El PP present¨® su propuesta del peor modo posible para que nadie tragara y as¨ª el Gobierno ha mostrado su preocupaci¨®n, queda como Dios y consigue, como pretend¨ªa, que todo siga igual.Sin embargo, de esta derrota se deducen dos hechos de cierta relevancia para quienes trabajamos en la ense?anza: primero, que el Parlamento espa?ol declara la educaci¨®n p¨²blica como una actividad de intoxicaci¨®n ideol¨®gica, y segundo, que esa intoxicaci¨®n ha de inocularla cada grupo de poder sectorial. As¨ª, pues, gozamos del primer Parlamento mundial inspirado directamente por Guy D¨¦bord y el situacionismo.

La historia, por ejemplo, ser¨¢ aquello que decidan Aznar, Pujol, Arzalluz y Fraga, cada uno en su sector de influencia. Como afirmaba el profesor Fontana, la historia de Espa?a que nosotros estudi¨¢bamos era fascista y debemos proceder a redimirla sectorialmente: la Catalu?a liberal y burguesa, con su sindicalismo y su FAI; la Galicia feudal y m¨¢gica; el Pa¨ªs Vasco colonizado por Madrid; la Espa?a... Bueno, a ¨¦sa no hay quien la redima. ?Para qu¨¦?